Un hombre espera la muerte en su casa de campo de noches y días húmedos, ardientes, vastos de ruido de la naturaleza salvaje siempre viva, a veces protectora a veces ominosa. Está en compañía de su familiares, los recuerdos, la mitología erótica de un hombre encarnado en un pez que visita la entrepierna de su amada y la presencia de sus muertos confusos, evasivos, herméticos, como la fé de un monje al que le da miedo bañarse y dormir en su monasterio...
Enmarcada por sus distribuidores por el título literario de “La leyenda del Tío Boonme” el filme del tailandés Apichatpong Werasetakul “El tío Boonme que recuerda sus vidas pasadas” se desborda de sus anécdotas mínimas y apenas subrayadas para ofrecernos un filme hermético, un filme oriental más emparentado con los de Hou Hsiao Hsien o los de Tsai Ming Lian en cuanto a formas y descubrimientos estéticos, evitando los efluvios sublimes del primero o las neurosis románticas del segundo.
Si bien juega con la estética de las apariciones, ya sea con personajes que intervienen apareciendo y desvaneciéndose de escena, o con otros que han reencarnado en formas animales, su trato con el más allá está marcado por diálogos aparentemente sencillos, pero que son en realidad parecidas a las pláticas socráticas, con las que los occidentales podríamos identificarnos.
Cuando no es así, el mito se desborda enfebrecido, romántico y devastadoramente hermoso para contar otra historia de transfiguraciones místicas y eróticas, proviniendo de y derivando a escenas de una puesta en escena y cámara tan austeras como ciertos personajes que rodean la magia del dejarse ir, del paso que lleva a la muerte, aunque el espacio de la muerte nunca se llegue a conocer, ni siquiera a través de los diálogos establecidos con personajes del más allá.
Elusiva e iluminada como sus filmes anteriores que cambiaban el sentido de un romance homosexual a través de la mitología como en su filme anterior Tropical Malady; exploración de lazos familiares aquí llevados del reino de los vivos al recuerdo y de vuelta al más allá como en su película anerior Syndromes and a Century; o sensualista, gozosa e inesperada como su otro filme Blissfully Yours (ambos filmes vistos gracias al difunto FICCO), “La leyenda del tío Boonme” es quizá la propuesta más difícil para cualquier espectador pero en palabras claves del director, quizá deban entenderse así:
“Mis películas son prolongación de mis recuerdos… Intento capturar lo que he experimentado…Me fascina el misterio… la simplicidad de las historias tradicionales…que son tan simples que son como conceptos”.
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