Un blog independiente por opinión, irreverente y apasionado, realista y soñador,
escrito por Arturo Castelán,
Fundador de Mix México: Festival de Diversidad Sexual en Cine y Video

domingo, 14 de noviembre de 2010

DEL PERDÓN AL OLVIDO O QUÉ VIVA LA HETEROPARENTALIDAD!


Todd Solondz es uno de los más importantes autores norteamericanos conocidos por sus dramas shocking consentidos en Festivales como el de Sundance y director de Bienvenida a la casa de muñecas o Palíndromas, entre otros filmes. Del perdón al olvido (Life Turing Wartime) no es su primer filme en el que las tomas, los personajes, la fotografía y la actuación estén puestos en espera de esa varita mágica hollywoodense que puede otorgar la felicidad a tres hermanas: una viuda con un hijito adorable que prepara un speech motivacional, una escritora famosa y una maestra solterona que buscan el amor.

Tampoco es el primero en que las situaciones se vuelvan rancias, injustas, intolerables y devastadoramente auténticas: éste un retrato cabrón de humor negro sobre la realidad de la torcida cultura occidental, su sexofobia, la corrupción, la hipocresía y las múltiples formas que toma la misantropía.

Protagonizado por las tres hermanas que aparecieron en uno de sus filmes anteriores –quiza el mejor llamado “Felicidad/ Happiness”- aquí se revela que la hermana viuda en busca del amor con un tipo cursi, horrible y podrido en dinero, le ha mentido a su hijo menor para no explicarle que su padre está en la cárcel por ser violador de niños; la hermana famosa ha dejado de recibir llamadas obscenas por las que ha quedado harta de victimizar a sus acosadores y no pude ser feliz con el sexo que le ofrece Keanu; y la maestrita solterona ahora vive acosada por el fantasma de un ex suicida que le recuerda una de las frases lapidatorias más inolvidables en la historia del cine con la que arrancaba el primer filme, mismas que él le espetaba cuando ella le pedía tiempo para pensar si debía o no casarse con él: “Yo soy champaña y tú estás hecha de mierda”.

Pero lo que desata el infierno al que ya habían echado tierra en este filme no es el desprecio que las hermanas sienten entre sí; no es la salida del padre pederasta que se encuentra a una mujer en un bar (la formidable e icónica Charlotte Rampling) para después asaltarla después de tener sexo y confrontarse con los resentimientos que la sostienen viva en su odio; y tampoco es el encuentro del mismo con el hijo preuniversitario al que en el filme anterior le juró masturbarse antes que violarlo.

La cloaca se levanta de nuevo para herir y asfixiar a todos estos protagonistas engañados por las imágenes de felicidad familiar que les ofrece el sistema y la promesa de felicidad americana, cuando el hijo pequeño se entera del delito y la existencia de su padre y es atemorizado por sus compañeritos quienes les dicen que él se convertirá en homosexual y pederasta (sinónimo para los protagonistas de este filme). Su madre le ofrece poco consuelo y le implanta el chip de la homofobia para defenderse… con terribles consecuencias finales para todos.

Este es filme es un catálogo de parafilias y pesadillas sexuales occidentales que se debordan al poner bajo lupa cualquier tipo de encuentro, ya sea el recibir a una hija de viaje, el tomar un café, una cita amorosa, el desayuno familiar, la cena de presentación del novio: es también la formidable puesta en escena de un director que destaza las relaciones humanas ante nuestros ojos, una especie de gore intelectual o de un falso documental magnificador con el humor oscurísimo de su lado como arma devastadora y reveladora también.

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