Un blog independiente por opinión, irreverente y apasionado, realista y soñador,
escrito por Arturo Castelán,
Fundador de Mix México: Festival de Diversidad Sexual en Cine y Video

martes, 31 de agosto de 2010

LA MAGIA DEL BODY, EL PAINTING Y MENCHACA EN LA PURÍSIMA!!!





Una noche de estrellas previa al MIX 2010 de Cineteca en el Centro Nocturno La Purísima con el body painting del maestro del maquillaje y gran amigo -y rumbera también!- Rodolfo Menchaca, sobre el cuerpo de dos modelos: el amigo de Mau y el cantante del grupo XEM, el sexy Oscar Andrée Ibarra (mi actor del corto DICIEMBRE/ DI SIEMPRE y el de CERRO DE LA CRUZ de Constantino Escandón). Creo que ese día conocí demasiado a Oscar, pero ahora lo quiero más, jeje. Las fotos son de Menchaca!

lunes, 30 de agosto de 2010

JULIÁN HERNÁNDEZ: RABIOSOS TIEMPOS


El cuerpo del hombre. La duración de la secuencia. El tiempo interno de cada plano. La influencia de Pasolini y Fassbinder. El homoerotismo subrayado en la obra del Indio Fernández. La conversación fílmica con el cine oriental. Las temáticas del desamor, la pérdida y el erotismo enfermo de una sociedad poblada con hombres señalados por una obsesión amorosa. A Julián Hernández (México) se le puede definir por ese conjunto de características, unido a una mirada especial que se distingue en el cine nacional contemporáneo y que antecede al grupo de cineastas mexicanos que –como él- han triunfado con sus propuestas arriesgadas en el extranjero.

Quizá menos conocido que los otros, debido al prejuicio que aún en pleno siglo XXI existe contra la temática y los personajes homosexuales, es un cineasta de culto con críticos, admiradores y detractores fervorosos que acuerdan de manera conjunta, en que Hernández es quizá el director que mejor filma en este país. Hubo un tiempo en que los sueños dieron paso a largas noches de insomnio, Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás dejarás de ser amor y El cielo dividido son los filmes que han presentado a Hernández al gran público.

Expulsado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, multipremiado director de cine, teatro y ópera, así como figura clave -junto con el productor y director Roberto Fiesco- de la Cooperativa Cinematográfica Morelos convertida posteriormente en Mil Nubes Cine, y profesor de cine, ahora es también protagonista de varios capítulos de la ensayística cinematográfica actual –mexicana e internacional. Esta entrevista se realiza antes de la premiere en la Berlinale 2009 de Rabioso sol, rabioso cielo, su desbordado y magnífico nuevo filme.



AC: Gran cinéfilo que eres, encuentro desde tus inicios, muchas influencias de diversos directores en tus películas. Cuéntanos cual es tu relación con Pasolini.

JH: Antes que ver toda su filmografía, en el 90 ó 91, leí el guión Mamma Roma de Pasolini. Así que primero me influyó con su narrativa y lo encuentro en frases que utilizo para describir cosas en mis propios guiones. Pero en aquel momento, yo reconocía más como influencia visual a Fassbinder, de quien había visto su obra casi completa. Lo que me sigue gustando hasta ahora de Pasolini es la forma en que se refiere y muestra su admiración al cuerpo masculino. Por ejemplo, en alguno de sus escritos llegó a escribir que la parte posterior de la rodilla en un hombre, que era para él un punto erótico. Para Rabioso sol, Rabioso cielo yo busqué cual era para mí ese referente erótico respecto a la masculinidad y creo que es “la nuca”, como me lo hizo notar alguna vez Margaret, la programadora de la Berlinale. Y es en la nuca, que los personajes de mi nueva película perciben la mirada de los otros personaje.

AC: Otra influencia de la que has comentado mucho es la obra de El Indio Fernández.

JH: Pese a que la gente crea que las películas del Indio son “sólo melodramas”, yo creo que están cargadas de una fuerza erótica que no se les ha concedido. Y eso está en la manera como retrata el cuerpo masculino sobre el femenino, como lo vemos en El mar y tú, en una escena de pesca en la que se muestra a un negro portentoso de una manera que nadie en el cine de la época –ni Alberto Gout- logra: a través del erotismo y el reconocimiento de la belleza de un cuerpo masculino… Ahora que me lo preguntas me doy cuenta de eso: de todo lo que le aprendí a Fernández respecto a sus historias de amor desenfrenado y entrega total, entre lo que se encuentra el uso del blanco y negro, y la manera de ver los cuerpos femeninos o masculinos en pantalla. Lo chistoso es que provenga del que ha sido considerado el más macho de los machos del cine mexicano.

AC: El machismo que se acerca a lo gay.

JH: Sí, ni siquiera hay contradicción en eso. Es una relación directa.



AC: Y ahora veo también en la construcción de tus películas, una influencia que los críticos extranjeros han dado en llamar “un diálogo que sostienes con el cine oriental”.

JH: Pues ello empezó cuando después de Mil nubes… todos encontraban una influencia innegable de Wong Kar Wai, que en aquel momento no reconocía porque no soy fan del cineasta. Lo he visto y quizá me ha influido, pero reconozco más la de Stanley Kwan y aún más la de Tsai Ming Lian, no sólo en su homoerotismo. sino en la forma cinematográfica. Pero nunca he querido reproducir ese cine: los puntos en común entre mis películas y este tipo de cine son la relación entre los planos y su duración.

AC: Me puedes hablar sobre tu idea de la duración del plano.

JH: Cuando empezamos a hacer cortometrajes y lo empecé a utilizar, fue más por razones presupuestales y para encontrar soluciones sencillas. Fue el inicio: teníamos tan poco que había que solucionar todo de la manera más sencilla, creativa y que diera resultados. Así empecé a trabajar con el tiempo dentro del plano: primero como plano secuencia, luego elipsis, luego el realista, no realista y el naturalista, que creo se ejemplifican todos en El cielo… y ya se fueron derivando al trabajar en el interior del plano un poco como dice Tarkovski. A veces se cree que trabajar con el tiempo dentro del plano da como resultado un plano secuencia, pero es una equivocación, porque el cine no es una suma de pedacitos de tiempo, sino de planos que tienen un tiempo determinado que se unirá a otros elementos que le darán su propio tiempo a la película y no sólo como una suma de tiempos que es el modo más tradicional de hacer una película.



AC: ¿Cómo valoras todo lo que pasaste para llegar a Rabioso Sol…? Que me parece es la culminación de muchas cosas y que será el principio de muchas otras…

JH: En muchos sentidos. Esta es la primera película con un presupuesto amplio que me permitió tener muchas cosas que no me había imaginado llegar a usar. Pero creo que va más allá de eso. Después de agotarlo en El Cielo Dividido, el plano secuencia como herramienta formal ya no me fue útil. Me sentí un poco atrapado y al filmar el corto Bramadero mi idea era la de matar a Julián Hernández, es decir dejar de hacer planos secuencias. La filmación de éste fue muy caótica pues debía hacer un corto muy largo en dos días. Tenía una manera distinta de filmarlo, pero tuve que acceder a lo que he llegado a tener de oficio y resolverlo de la mejor manera posible. Bramadero no está como lo quería hacer; hay cosas nuevas como el sexo explícito, pero en cuanto a mi oficio no fue un paso hacia delante. Es el corto más exitoso que he tenido, ha estado en cantidad de festivales y se ha vendido –lo que es más difícil. Pero ahora en Rabioso… ya pude resolver escenas sin someterme a cuestiones presupuestales o de tiempo. Si bien tengo un oficio, me pude permitir otras nuevas cosas: es mucho más fragmentada que las anteriores, es otra la construcción del tiempo al interior del plano y en cuanto a la temática, siento que pese a no haber hecho nunca antes una película “gay” (del modo en que considero se debe aplicar dicha etiqueta, pues mis películas son de personajes homosexuales y amor homosexual), en esta película le doy una vuelta a esa etiqueta.

AC: Mil nubes… me parece una película muy sincera, una declaración de guerra y de principios, Rabioso sol… me parece un exabrupto maravilloso y monumental -además de un reto muy fuerte al cine nacional- en donde encontramos de nuevo a tres chavitos homosexuales, con la enfermedad del Eros, sin bronca con su identidad, pero sin salida dentro de un sistema homofóbico y machista como el de nuestro país. Pero personalmente considero a El Cielo Dividido la más fresa de tus tres películas ¿dónde la pondrías tú?…

JH: Pienso en este momento y teniendo muy cerca la filmación de Rabioso… –a la que aún no entiendo, porque tú sabes que pasa mucho tiempo para que yo entienda a cabalidad mis películas- es que tanto mi productor y camarada Roberto Fiesco como yo estamos tratando el tema del erotismo y sus manifestaciones en nuestras películas. Y que como lo mencionas, estamos hablando de una enfermedad a la que refería Antonioni en su trilogía de la incomunicación, en la que a través del erotismo se manifiestan los más profundos pesares y las enfermedades tanto físicas como de otro tipo. He llegado también a la misma conclusión y me queda claro con Rabioso sol… Respecto a El Cielo Dividido, me quise alejar de muchos años en los que fuimos considerados como pasolinianos -no porque quisiera abandonarle sino porque quería cambiar a mis personajes de entorno y darle una vuelta a esa relación que se establece de pobreza/suburbios/marginales como en Mil nubes… o Hubo un tiempo... Lo he dicho muchas veces: yo quería hacer una comedia romántica con canciones y me salió El Cielo Dividido: una película casi militante y como dicen “una película gay” con personajes categorizables y estereotípicos. En la realización de Rabioso… me encontré de nuevo en una etapa más oscura en cuanto a mi relación con el erotismo, en una etapa más turbulenta.



AC: Rabioso… es turbulenta y tumultuosa. Y me da mucha curiosidad su guión. La película presenta muchos elementos dispares, pero la forma en que está unida y estructurada es impresionante porque funciona como relojito: por un lado la vivencia erótica en el cine porno desde tres puntos de vista y luego la historia trágica que ocurre en otra dimensión, además del romance heterosexual que culmina en magia al principio del filme, y al final todo termina perfectamente unido porque, en efecto, la pérdida de un amor es algo enorme, mitológico: un dolor que acaba con dimensiones, fechas, sexos, todo…

JH: Al paso de los 17 años que llevo escribiendo guiones y películas he llegado a la conclusión de que el guión es algo que se termina cuando empieza la preproducción y que después se convierte en otra cosa que es responsabilidad del director y sus colaboradores cercanos. Al escribir el guión creo que debo llegar a una obra literaria concreta en la que se encuentre todo lo que necesito decirle a todos los involucrados en la película. La lectura de Marguerite Duras estos últimos seis años, me ayudó a encontrar la economía de este recurso. Rabioso… es el desarrollo de un guión que tenía llamado Coraggioso y que era la parte mitológica del presente filme. Después de que El Cielo Dividido se presentó en Berlín y la Muestra de Guadalajara, yo quería hacer otra película y no tenía un guión nuevo, sino ese, que habíamos intentado levantar como mediometraje sin éxito y le dije a Roberto Fiesco que yo quería hacerla. El me dijo que era muy corto. A mi me gustaba como estaba, me parecía muy claro, económico y fácil de hacer: sólo los actores desnudos en el desierto. Pero cuando Roberto me dijo eso, me gustó pensar en como estos personajes resolverían en la época actual sus problemas truncos de pérdida, de resurrección (como en Teorema de Pasolini) y de sanación a través del sexo. Y de ahí surgió el identificar cuales serían sus oficios y sobre todo cual su conflicto en el nivel que a mí me interesaba: el del erotismo.



AC: Hablando de oficios, uno de tus personajes se dedica a la piratería. Tú sabes que tus películas son de las más pirateadas, que tienen su mercado específico: ¿podríamos hablar de la distribución de tus películas? Tu nombre es reconocido por el público, y muchos de ellos se acercan a hablar contigo.

JH: Me es complicado hablar de esto porque parecería que mis películas están hechas para un tipo de público -la comunidad gay en exclusivo, ni siquiera la comunidad lgbt. Pero una buena parte de esta comunidad no es la que se siente más identificada con mis películas. Uno va a las películas para identificarte con alguien que eres o que quisieras ser. Muchas no se identifican con estos personajes que dan todo por el amor. Pero yo sé que mis filmes tienen mucho potencial entre las mujeres que reconocen la intensidad amorosa en mis personajes.

AC: Hay un público más: el conocedor de cine. Que es un público muy interesante.

JH: Es cierto. Pero no puedo hablar de ello porque aún no he hecho una película mía que yo diga: “sí me gusta, me siento satisfecho, que chingón soy”. No es falsa modestia, pero aún cuando vea que un plano ha salido bien, en mí hay cierta frustración malsana que espero no perder porque siento es lo que me lleva a hacer mejor las cosas. Agradezco estos tres públicos, pero no siendo profeta en mi tierra (una frase que odio), agradezco también al Festival de Berlín cuyas invitaciones le permiten una nueva categorización a mis filmes, la de “si estuvo en Berlín igual no está tan mal”. Pero lo que más me gusta es recibir mensajes de espectadores que me dicen que les gustó mi películas “porque me permiten ver lo que soy, en los errores en los que he caído, de que pude hacerlo mejor” y para eso es que hacemos las películas. Aunque suene cursi, eso es lo más satisfactorio.



AC: ¿Para ti son proyectos de sanación?

JH: Sí, sin duda. Hago las películas por una necesidad personal. Fiesco suele decir que yo arrastro a todos los demás en mis necesidad y obsesión por filmar. A mi me funciona para explicarme cosas y encontrar un poco de alivio al encontrarme no tan miserable como luego me descubro. La gente me dice que luego no llegan al rollo 5 ante los sufrimientos que enfrentan mis personajes y yo siento que así nos sucede en nuestras vidas: que en el rollo 4 decimos ya no puedo y ni siquiera llegamos al 7. Y eso pasa en mis películas: que mis personajes llegan hasta la cocina y en este caso sucede lo mismo con el personaje de Tari, que he resultado ser yo.

AC: Aún con tus enormes méritos que te hacen sobresalir como uno de los directores que mejor filma en el país, ¿cómo ves la indiferencia con que se trata tu cine? ¿El modo en que mucha gente se hace cómplice de unos simulacros de cine?
JH: Hay mucha gente interesada en filmar bien, concepto que me parece subjetivo, pues este depende del nivel del espectador y muchas otras cosas. Tengo mis apreciaciones al respecto pero me sería muy pedante decirlas.

AC: Yo no me refiero sólo al nivel técnico que ahora manejas muy bien, sino que tú creas un diálogo con el público y es un diálogo con nivel. Y por eso se generan esas relaciones de amor/odio por parte de tu audiencia, porque hay una conversación inteligente. Algo que parece olvidarse en gran parte del cine nacional actual.

JH: Estoy de acuerdo y es porque siempre pienso con respeto en ese individuo que va a ver mi película. Pasolini dijo que él esperaba del espectador el mismo esfuerzo al ver la película que él puso al realizarla, y yo pienso así. Y lo que pienso del cine mexicano actual hecho tanto con apoyos privados como no privados, es eso: que los directores piensan que pueden manipular a la audiencia dándoles cualquier basura y que estos no van a responder negativamente… Esos (directores) son los que tienen más oportunidad de filmar, y una vez más, ahí tienes a los espectadores alejándose del cine mexicano por una falta absoluta de respeto hacia ellos, que va desde el director y el productor hasta el exhibidor.



AC: Volviendo a tu audiencia para esta nueva película, me parece que el ideal tuyo es un espectador abierto y paciente a grandes estímulos sensuales. ¿Piensas en tu audiencia en cuanto a la seducción y el erotismo que manejas?

JH: Desde un corto que hice de estudiante, Por encima del abismo de la desesperación, busqué unos personajes de belleza rara. Sigo pensando que hay belleza en todas partes y que todo depende de cómo la fotografíes o lo que quieras ver de ella (a mi me parece que en el cine debe haber un nivel ético que te impida filmar planos que atenten contra la dignidad de un actor, lo que me parece ocurre con frecuencia en el cine mexicano) y desde estudiante hacía cortos que tenían que ver con el erotismo. Lo que quiero ver en la pantalla es algo que me agrade, que dé placer estético y me confronte con algo que ni yo sabía que ahí estaba. Yo en un principio no me lo planteé así porque venía en la historia desde el guión, por lo tanto es necesario, orgánico y tiene que estar ahí. Pero no he llegado a esos niveles de manipulación del erotismo del espectador en el que ponga a un actor en una posición determinada para que se vea “bien”. Para mi es una manifestación muy honesta de lo que necesito en el set en ese momento y creo que Alejandro Cantú (fotógrafo) me ha ayudado a encontrar ese nivel de erotismo que no se hallaba en Mil nubes…, por ejemplo. Y regresando a Pasolini, intento encontrar la belleza en los cuerpos, cualquiera que sea su género.

AC: Rabioso sol, rabioso cielo es una película muy estimulante. Dialogas con el cine internacional y planteas un reto al cine nacional. Tienes escenas que serán antologadas de inmediato. Creas nuevos parámetros para cineastas que no quieren tomar el caminito a Hollywood.

JH: Yo así entiendo el cine. A veces veo películas que digo “quisiera hacer algo así como este director” y en ese nivel si me gustaría que mi película fuera estimulante, pero creo que lo que va a pesar en México, es el asunto de los personajes homosexuales en mi película. Eso pasó en El Cielo Dividido que creo tenía valores formales o fotográficos que se pasaron por alto. Y eso le permitió que la ningunearan tanto la gente y los colegas mexicanos, como la Academia. Pero me parece que es una falta suya de disciplina cinematográfica, y el que no están preparados para ver nuevas propuestas.



AC: ¿Crees que la Academia esté privilegiando un cine que deja fuera a todos los jóvenes? ¿Crees que se esté gestando una vez más, un movimiento de los viejos realizadores contra los jóvenes?

JH: Antes se les impedía a los jóvenes la entrada a la industria, y ahora ya cualquiera puede levantar un largometraje, pero digamos que sigue habiendo una “pelea” entre las generaciones. Se premian unas películas que incluso ya tienen muy poco en común con las que realizaron los ahora miembros. Son películas que en la época de estas personas se hubieran considerado “comerciales” en cuanto a la finalidad que tienen: tomemos el caso del Oscar, para el cual estuvo nominada en su época un filme como Actas de Marusia (que decía y te proponía cosas formalmente hablando), y ahora compárala con ésta cosa que tienen de unos años para acá respecto a lo que mandan… Incluso en sus síntesis informativas sólo hablan de los “tres grandes” o los “dos gemelos” y etcétera. Lo bueno de que todos filmen ahora, es esto de la diversidad: sean buenas o malas las películas ya se filma más. Pero siguen habiendo pocas películas de calidad…



(Fotos de Jesús Torres Torres y Julián Hernandez. Ell@s: Jorge Becerra, Christian Rodríguez, Clarisa Rendón, Javier Oliván, Joaquín Rodríguez y Julián Hernández) Entrevista publicada en la revista Toma)

lunes, 23 de agosto de 2010

MOLINA´S FEROZZ, SOMOS LO QUE HAY, VAMPIRE GIRL VS. FRANKENSTEIN GIRL, RETRATO DE UN VAMPIRO y otras MACABROnadas

El Festival Macabro nos trae unas cuantas linduras del mundo del terror de lugares tan dispares como la bloqueada isla de Cuba, un Japón hipersofisticado, el Estados Unidos del que nacieron todos los monstruos seriales (incluidos los chafas) y un México ripsteiniano que decide mostrar sus vísceras antes de comérselas…




El título lo dice todo: MOLINA´S FEROZZ es la visión de un autor enloquecido –maestro de cine en la escuela de cine cubana abierta a instancias de García Márquez- sobre el clásico de Perrault: la Caperucita Roja y su lobo feroz en cine clase doble Z. Este largometraje cubano es la demostración de que ni una dictadura decadente es capaz de aplastar la imaginación desbocada de un director que mezcla desafiantemente una sexualidad prefeminista, una violencia tremendista que revigoriza el gore más sobado de las producciones americanas y unas narraciones retorcidas con toda la sofisticación de un Tarantino tropical, así como un guiño de ojo para los grandes cinéfilos del mundo: el homenaje brutal y aterrador al erótico lavado de piernas de Stella Inda en Los Olvidados de Buñuel.

Es de hacer notar que Molina eligió a Macabro como el Festival para hacer la premiere mundial de ésta, su más reciente obra. Del mismo modo, y antes de su estreno comercial en México, el Centro de Capacitación Cinematográfica aceptó que SOMOS LO QUE HAY, la ópera prima de su egresado Jorge Michel Grau (un futuro brillante), inaugurara el Festival antes de una corrida comercial que promete ser exitosa.





SOMOS LO QUE HAY resultó ser el sexto filme más interesante presentado en el último Festival de Cannes de acuerdo a la lista que se publica en dicho evento firmada y avalada por todos los críticos asistentes. Y de los filmes mexicanos presentes en dicho evento, resultó ser también el único mencionado –y alabado- por la más que influyente revista americana Film Comment. En esta película, el ambiente putrefacto con que Ripstein retrata a México en El castillo de la Pureza o Principio y fin, respira por la estacada que el nuevo director le ha dado, permitiendo que de ahí salgan criaturas enfermas como Giménez Cacho, quien encuentra dedos en los estómagos de las autopsias (aunque unos años antes hayan dejado escapar al vampiro de Cronos de Del Toro); una madre que va más allá del dolor por su familia (a lo Vida Inmune de Cervantes); unas tinas de Pesadilla en la Carne del Infierno (Craven) donde una chica -la soberbia Paulina Gaitán- esconde su boca caníbal (¿y quizá su vagina dentada a lo Teeth?); y unas discotecas homosexuales de Julián Hernández en donde un líder repudiado por su madre se liga a su próxima y encebada cena. Una rara película que homenajea al reciente cine nacional que se enrarecería y brillaría más de no contar con una edición que privilegia el ritmo gringo y los chistes hígados de Jorge Zárate. Talento sobra pero escuchen a Roger Waters: “Hey teachers: leave the kids alone!”





Y uno que no escucha ni se preocupa por hacer cine academicista es Yoshihiro Nishimura, el director de VAMPIRE GIRL VS. FRANKENSTEIN GIRL, una gloriosa incursión del splattercore a la comedia romántica adolescente en donde la tensión premenstrual, la glorificación racista adoradora de Obama y crítica de Michael Jackson, el bullying, los científicos locos, así como el erotismo adolescente de una manga enfebrecida, conviven con la desmesura de una estética a gogó de Lolitas sicodélicas, vampiras obsesas/obsecadas y galanazos esquivos infectados de vampirismo (mismos que ven a la gente como aparatos circulatorios), que provocan confrontaciones macabroncísimas entre las señoritas venganza, que culminan en torres de esqueletos despellejados en vertiginosas luchas. De este supremo realizador y famosísimo maquillista de efectos, vimos el año pasado en macabro Tokyo Gore Police, un filme que se ponía al tú por tú con Kill Bill.





Aún estamos por ver una función de prueba con público del documental RETRATO DE UN VAMPIRO de Ulises Guzmán, cineasta ya de culto por sus cortometrajes cuequenses, entre los que recuerdo el esperpéntico y delirante todofóbico Virgen de Medianoche. Retrato relata la historia de Juan López Moctezuma director de Alucarda, La Mansión de la Locura, To Kill a Stranger, Mary Bloody Mary y otras obras de arte del terror más espeso y enfermizo que ha dado el país, así como de sus fans más enloquecidos: uno que se siente transexual y místicamente Alucarda y otro-su pareja heterosexual- poseído por Moctezuma. Pero con esta historia que de contarla ya hasta a uno se le enchina a el cuero, imagínese usted si este docudrama no va a convertirse en el éxito endemoniado del año próximo en los festivales del mundo.





Por último, ¿la razón del éxito de Kevin Bacon se encontraba ya ahí en su speedo antes de sus jeans untados en Footlose?, o mejor dicho, ¿qué hacía Sean Cunningham retratando de manera igualmente sexy a los jóvenes y jóvenas (como diría Fox) que aparecen en su película, la primera MARTES 13 (Friday the 13th, traducida así para mexicanizar la superstición, qué caray)? No fui el único en notar esto en la función especial que hizo Macabro con todo y pastel incluido –ya ven que a los gays siempre nos atribuyen el fijarnos en los atributos, pero fue una pareja hetero la que me comentó el mencionado encuadre, así que no veo de más y por ello nos preguntamos: ¿haremos pronto una nueva lectura queer al monstruo con mamitis Jason que cumple 30 años?... ¿Y por qué no? Si hasta el Jeepers Creepers de DeSalvo ya salió del closet…!

miércoles, 11 de agosto de 2010

2010: ODISEA DEL AMOR

Para Alain Resnais, maestro de lo inabarcable: el cine y el amor.
Para Israel, confidente de unos minutos, siempre en mi mente.





El amor es el deseo irresistible de sentirse irresistiblemente deseado: una necesidad que fuerza a los humanos a competir entre ellos, a prender todo su cuerpo en destellos que irradian desde los ojos, la piel y el cabello, a volar noche y día. Enamorarse nos embellece. Como dice la cantante islandesa Björk, nos vuelve Venus: la diosa griega del amor.
También nos enloquece. Como si fuéramos científicos orates, primero nos extrañamos de que nuestros ojos, nuestro corazoncito y nuestra entrepierna se hayan puesto de acuerdo en señalar al individuo.




Acostumbrados a ver gente de todo tipo, sabemos que de noche todos los gatos son pardos y que quizá bajo el efecto de los embellecedores influjos del alcohol, cualquier chico podría parecer guapo, pero no: esta vez es diferente.

También sabemos que a veces una reflexión idónea, el recuerdo de nuestro primer amor, de nuestros padres o del ídolo del cine, puede hacer que nuestro corazón se vuelque en latidos ensordecedores que nos gritan: “es él, es él”. Pero de nuevo, esta vez el ritmo es distinto, el corazón está tocando una melodía que nunca antes habíamos oído, pero que sabemos que es nuestra, la que nos embelesa y dicta nuestra dirección.




Por último, tenemos la certeza de que diario despertamos con una erección y que pensamos en sexo cada diez segundos, que si estuviéramos diseñados como fantasía sexual, lo más seguro es que fuéramos unas indómitas máquinas de orgasmo. Pero esta vez es distinto: nuestra libido parece haber encontrado el camino de su cuerpo, su piel, su aroma y nada más.
Todo parece unirse, todo señala una dirección, todo es nuevo y a la vez compuesto de todo lo que consideramos bueno, hermoso, excitante. El doctor John Money, padre del concepto de “género sexual” y genial sexólogo norteamericano, tiene la teoría de que en el seno materno diseñamos lo que será un mapa amoroso, con todo aquello que deseamos, buscamos, necesitamos y nos gusta de una persona, Este mapa lo terminamos de “dibujar” a los 2 años y desde entonces no hay modo de modificarlo. Que haya veces en que equivoquemos el camino es de lo más seguro, pero que hay algo en nuestro cerebro que nos indica que “de aquí somos” es ya materia científica.




Hay diferencias entre enamorarse y amar. Y no es sólo una cuestión semántica o una deriva de la canción “Amar y querer” de José José –que tanto daño nos ha hecho con sus definiciones basadas en el dolor. No es cierto que el que te ama te hará sufrir. Pero, bueno, regresando a las diferencias… ¿De qué nos alejamos con el amor? De la realidad, del gris, del tedio. ¿De qué nos aleja el enamorarnos? De la inteligencia, del control, de la impureza. Sentimiento inmaduro: enamorarse es fácil, común y vulgar. De ese modo buscamos poseer al otro, acabar con sus defensas, hacerlo nuestro, destruirlo para los demás. Es subirse a la montaña rusa. Algo imposible de compartir.




Amar implica entrega, cesión y fe. Es buscar la trascendencia de una relación que se desgasta con la cotidianeidad. Es apasionarse de la realidad, ver más allá de los esquemas de pareja, estéticos y de humanidad que nos imponen socialmente. Cuestionarnos, enfrentar el terror de la libertad del otro y responsabilizarse de la libertad propia. Amar es reinventarse –no por moda ni aburrición, sino para sentir más, sentir distinto, volver a sentir, buscar lo que sentimos y el por qué.
Vario consejo: la comunicación es básica. Busca hablar el mismo idioma. No se tiendan trampas con el lenguaje, las definiciones dobles. Es difícil desprendernos de los actos de poder y manipulación en nuestras acciones. Desde niños hemos aprendido que toda acción afectuosa conlleva poder sobre el otro (basta que el bebé llore para que la mamá se vuelva loca buscando un distractor que le devuelva la felicidad a su hijo), pero también nos han hecho volverlo dañino y peligroso (un ejemplo en nuestra comunidad: “si me quieres, demuéstrame tu confianza y hazlo conmigo sin condón”). Hay que distinguir y enfrentar las valencias positivas y negativas del poder. No volverlo cadena. Ese es el principio del cambio.

También es falso que alguien te enamore: uno es el que prende la mecha, uno es el que se enamora y vive el amor. Hay que ser valientes para aceptar la verdad y responsabilizarnos. “Es que él me hace sentir” No. “Yo siento…” El lenguaje del amor es solitario, como diría Barthes, pero es necesario aceptar que uno es quien decide amar.




El amor es energía y como tal, no se crea ni desaparece: sólo se transforma. Quizá tu erotismo no se vuelva exclusivo y requiera de más de una persona para satisfacerte. Quizá tu corazón abarque un número infinito de seres. Pero el amor sólo procede, permanece y vive si existe la lealtad. Como dice la canción: Stand by me/ Cuenta conmigo.




¿Y luego, qué me dices de la necesidad enloquecida de contarlo y hacérselo saber al mundo? Si eres de clóset, qué dolor, qué sufrir el silencio! Pero si no, ¿cómo detener el borbotón de palabras que no alcanzan y son pocas para definir lo que sentimos? No hay suficientes, nunca lo habrá, éste artículo es sólo un intento de esbozo. Habrá de valirse de ejemplos, siempre: que nos cuenten, que nos permitan entendernos. He aquí algunas grandes historias de amor homosexual, quizá las que me definen, las que me embelesan o me aterran, porque como diría Almodóvar en su película Átame!: “Las historias de amor y de horror a veces se confunden”.




SHAKESPEARE Y WH. Llena de especulaciones, la vida bisexual de Shakespeare se descubre en los Sonetos, libro que le escribe a un enigmático hombre. Adelantado a la estética trans que viene, la mitad de los poemas están dedicados a este hombre y la otra mitad a una mujer, aunque parece ser el mismo personaje. Su frase: “Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, entonces no has amado”.




OSCAR WILDE Y BOSIE. Dramaturgo inglés ultra-fashion, pre-metrosexual, casado y fascinado por el jovencísimo Alfred Douglas –un explotador emocional y económico, a quien Wilde le decía Bosie (Jefecito)- se tiró a la ruina con tal de que Alfred hiciera sufrir a su padre: lo que se vino fue un gran juicio en el que Wilde acabó encarcelado por sodomía y sin el amor de Alfred. Divorciado, quebrado, jodido emocionalmente sólo salió de la cárcel para volver a ver a Alfred y morir con él. Su frase: “Uno debería estar siempre enamorado. Por eso jamás deberíamos casarnos”.




SECRETO EN LA MONTAÑA. El amor es una fuerza de la naturaleza. Seguro viste la película en que un par de vaqueros, Jack Twist y Ennis del Mar, se encuentran para cuidar ovejas en la Gringolandia brava. Dos hombres incapaces por la época, la educación y la sociedad para aceptar su amor. Jack se casa, Ennis también pero se divorcia. Se reencuentran y se vuelven amantes con esporádicos momentos de felicidad juntos. Al mejor estilo de Romeo y Julieta, su amor habrá de trascender la muerte. La frase de la peli es: “Te diré una cosa, pudimos tener una vida juntos, una vida que te cagas, en nuestro propio rancho, pero tú no quisiste Ennis ¿y qué tenemos ahora? ¡Esta montaña! Todo se basa en eso, es lo único que tenemos, nada más y espero que sepas eso aunque nunca sepas el resto. Cuenta las pocas veces que hemos estado juntos en casi 20 años, ¡mide la puta correa con la que me atas y luego pregúntame por México y dime que me vas a matar por algo que no me das casi nunca!”




EN JIRONES. Novela gay clásica en la que a forma de diario se nos relata el enamoramiento, amor, desamor, muerte del amor y soledad final de un personaje homosexual mexicano en los 80´s. Para abrirse las venas con galletas saladas. Histórica pero aún actual. Frase de Luis Zapata: “Los aviones me dan miedo”.




DOÑA HERLINDA Y SU HIJO. En esta gran película mexicana actuada por la mamá de Guillermo del Toro (sí, el mismo de El Laberinto del Fauno), Monchito es el hijo homosexual con mamitis en la Guadalajara machista, tierra donde se dan a los hombres… pero los unos a los otros. La mamá se hace tonta y no sólo le consecuenta al amante gay, sino que le busca esposa y les pone casa… a los tres! Muchas canciones de Juan Gabriel para aguantar el dolor romántico y el clóset en esta historia sobre el amor que no se atreve a decir su nombre, protegido por la hipocresía mexicana pre-bodas gay! La frase de la peli es un poema de Manuel Acuña:
"¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo,
los dos unidos siempre y amándonos los dos;
Tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho,
los dos una sola alma, los dos un solo pecho,
y en medio de nosotros, mi madre como un dios!"




ALLEN GINSBERG, NEAL CASSADY Y JACK KEROUAC. Porque el amor no sólo viene en bolsita de dos. En el San Francisco jipiteca de los sesenta, un poeta homosexual fan de la filosofía oriental y la orgía, un escritor hetero enamorado de su mejor amigo que cambiaría las letras de su país y un hombre-musa, también escritor, pero que les inspiraba sus mejores novelas. Romances ambiguos adelantadísimos a su tiempo que redefinían la concepción de pareja (y aquí en México, nosotros bien felices con las ya prehistóricas bodas monógamas, pero bueno, algún día seremos trascendentes). Su frase (de Ginsberg): "El peso del mundo es el amor. Bajo el peso de la soledad, bajo el peso de la insatisfacción."




En la actualidad y como ejemplo, hay muchas parejas famosas: Elton John y David Furnish, Ellen Degeneres y Portia de Rossi, Juan Carlos Bautista y Victor Jaramillo. Y también divorciados famosos: ahí está el jovencísimo Christian Chávez, ex RBD, una muestra de que si uno la riega, pues no más se levanta, se limpia el caidazo y se sigue caminando… Hay muchos peces en la pecera!




Para terminar, una verdad como piedra: en la vida hay muchos amores. Vívelos. Se matan amores al dejarlos pasar por condenarse a una situación. Se deja pasar el amor que no corresponde a lo que soñamos. El sentimiento de amor no es exclusivo. Hay amor erótico, que es posesivo. Hay amor ágape, que es libre. Hay amor philia, puro y asexual. Con el acceso al matrimonio en las comunidades homosexuales, no imitemos los esquemas que no funcionan, que son caducos y que los heterosexuales están remodelando –ironías de la vida- observando nuestros modelos de relación no convencionales. Cuestionemos lo que somos, lo que deseamos, lo que nos imponen. Démosle a todo su debido valor-: enamorémonos y amemos.




¿Quieres más? Libros: Cartas de amor ambiguo de Allen Ginsberg; De profundis de Oscar Wilde; El amor en los tiempos oscuros de Colm Toibin; En jirones de Luis Zapata; Secreto en la montaña de Annie Proulx; Sonetos de William Shakespeare. Películas: Átame de Almodóvar; Exxxorcismos, Doña Herlinda y su hijo de Hermosillo; El amor a muerte de Resnais. Discos: Björk, Human Behavior; José José: Grandes éxitos.

sábado, 7 de agosto de 2010

MÁXIMAS MÍNIMAS o muchas críticas en pocas palabras....


Una soberbia película sobre la transmisión del poder y los rituales de la masculinidad criminal, una historia de crecimiento disfrazada de thriller, una historia de amor viril clásica del director Audiard (Mira los hombres caer, Lee mis labios). No Vaya CORRA A VER "EL PROFETA"!


Aún con una fotografía y arte suntuosos y un reparto más que solvente, EL RETRATO DE DORIAN GRAY carece de director, confunde sus pasos entre el videoclip más pasado de moda, la fábula regañona gagá y es peor que un capítulo aburrido de Hora Marcada. Mientras tanto, la novela se sostiene como una moderna meditación sobre la belleza, el arte y su hechizo fantástico. No vaya, CORRA A COMPRAR EL LIBRO!


Una obra de arte argentina sobre la clase media alta diseccionada a través de niños y púberes encontrándose con la vida: densa, fascinante UNA SEMANA SOLOS de CELINA MURGA.


MIYAZAKI es el maestro actual de la animación estórica. En EL SECRETO DE LA SIRENITA regresa al uso de acuarelas y la belleza de sus imágenes es onírica totalmente, mitad sueño imposible, mitad pesadilla angustiante y los guiones son de una complejidad para niños extremadamente inteligentes de todas las edades, parafraseando al maestro Bloom.


Sólo pienso cuan triste podría estar Depardieu haciendo INSPECTOR BELLAMY tras la muerte de su hijo Guillaume. Cuanto afecto y fuerza debió darle Chabrol ofreciéndole un papel así. Y como la tristeza y el dolor se traslada con todo su peso en una película sobre la ceguera y los crímenes del corazón... NO SE LA PIERDAN!


Por si alguien no ha entendido lo que es contar contar una historia de manera diferente, con una puesta en escena que desafía lo común y lo freudiano, que toma la estructura y estética para destruirlas y hacer sentir nuevo lo común: EL AÑO PASADO EN MARIENBAD de Alain Resnais (económica en Zima o versión de lujo Criterion por 800 pesos)! Nunca el arte del cine había estado tan cerca:visite su MixUp de confianza.


El brujo de APRENDIZ DE MAGIA NEGRA es el hermano idiota de la bruja de Blanca Nieves y su director ha logrado una extraña reputación con tres filmes absolutamente flojos con grandes estrellas. Para fans de Daniel Bruhl -adiós Lenin!- y David Kross-The Reader- (y aún así me aburrí; mejor me espero a la Semana de Cine Alemán)!!!
Murió mi gato XuXu. Viva XuXu. Y saludos al cielo de los gatos. Los humanos no los merecemos.


CHLOE-UNA PROPUESTA INDECENTE de Atom Egoyan: Lesbofóbica o simplemente estúpida? Aunque seguramente será rescatada como filme de culto por la escena de sexo entre JulianneMoore y AmandaSeyfred. El eterno problema de la imagen lésbica utilizada para calentar heteros.


No vaya, CORRA a ver TOY STORY 3: una fascinante historia sobre el adiós, el dejar ir, el entendimiento de la pérdida. Forzoso llevar lente oscuro: llanto catártico más que asegurado. Una obra de arte a la altura de las de Mr Disney -qué nivel de estos productores Pixar! Y el magnífico corto que abre sobre al tolerancia es excepcional.


Felicito a los creadores (Jim Carrey, Luc Besson y McGregor incluidos) de UNA PAREJA DISPAREJA/ I LOVE YOU PHILLIP MORRIS por irse hasta la cocina en un filme sin audiencia clara y difícil de digerir. Una comedia singular que pudo ser mucho mejor si no hubiera sido hecha por gringos! Pero sí que vale la pena y CORRAN que están por sacarla de cartelera!!!


En efecto, los libros de la Meyer son mierda seca: no los compren. Ni un párrafo resiste la lectura. Pero el señor Lautner y la chica Stewart están hechos de eso que le da lustre a la pantalla de plata.


No vaya, CORRA a ver KICK ASS. Humor sardónico y negrísimo, violencia sofisticada postTarantino, feminismo atribulado, parodia de la parodia de la parodia. Un reparto incríeble y su director Vaughn es brillante!


No vaya, CORRA a ver ABEL de Diego Luna. Una sorpresa donde aplica el ya tan sobado adjetivo de entrañable. La figura paterna cuestionada a través de una infancia wildeana que ya todo lo sabe. Truffaut vive en México y se llama Diego Luna! Y que los estudiantes de cine se de echen una ruleta rusa.



No vaya, CORRA a ver ENTRE HERMANOS de Jim Sheridan. El mejor filme antibélico desde La Condición Humana. Y que la Bigelow se dé un tiro.


Look Dietrich. Arranca con la secuencia de LOS MALDITOS de Visconti, un ballet a lo TROYA. La imagen monjeril de Cavalier. El Cabaret de Fosse. La Carrá en estrobo... y un homenaje a ALEJANDRO McQueen??