Un blog independiente por opinión, irreverente y apasionado, realista y soñador,
escrito por Arturo Castelán,
Fundador de Mix México: Festival de Diversidad Sexual en Cine y Video

domingo, 30 de enero de 2011

CISNE NEGRO Y SU ENGAÑOSO DIRECTOR



Quizá uno de los directores más influyentes para toda una generación de cinéfilos villamelones nacidos en los noventa, Darren Aronofsky muchas veces debe creerse maestro del gran gignol pero en general basa sus películas en golpes prosaicos de efecto narrativo bastardos de la narrativa de O´Henry; embarradas de cámara más en deuda con seriales televisivos que con los filmes Dogme; homenajes malentendidos a obras maestras de cineastas serios; un diseño sonoro que parafrasea cualquier entrada de villana en telenovela subrayando y haciendo grandilocuentes actuaciones que casi siempre bordan la neurosis y la sobreactuación; actores y actrices geniales que se le ingenian como pueden para sobresalir del disfraz que les embarran por maquillaje; efectos especiales que recalcan lo innecesario; y, claro, guiones llenos de aire caliente.



Sin embargo es sumamente entretenido y altamente engañoso: por ejemplo en Cisne Negro comanda una serie de actrices formidables –rescatando a dos de las intérpretes más importantes del cine americano de finales de los años ochenta y principio de los noventa como lo son Barbara Hershey (aquí convertida en la mamá de Carrie debido a la horrible música con la que achatan y vulgarizan su personaje –actuado más bien a lo Girardot en La pianista de Haneke) y Winona Ryder (luchando bajo la peor caracterización visual que hemos visto de una bailarina en decadencia, actuación casi homenaje a la de Goya Toledo en Amores Perros)- que a golpe de efecto nos muestran su rango de actrices como en un catálogo por escenas. Natalie Portman ha sido más efectiva a través de la sutileza de los personajes que ha realizado en su filmografía, pero aquí es muy llamativo que la pongan a hacer todo lo que sabe hacer en un personaje poco menos que obtuso. Su trabajo es ponderable pero puesto a servicio de una línea argumental freudiana y pasada de moda –la frigidez te impide triunfar en la vida- con todo y lo misógina que pudiera resultar.

Pero sus defectos son enormes. Bastaría que Aronofsky se hubiera acercado y profundizado más en la obra que comenta –El Lago de los Cisnes- para que hubiera encontrado los recovecos enloquecidos y los retrueques narrativos alrededor de una historia sobre la identidad, el despojo y la pérdida de la inocencia, que en manos de Tchaikovski dio como resultado una obra canónica e insuperable. O que si decide tomar los puntos álgidos de la obra de Haneke –La pianista-, hubiera entendido los resortes de la represión y la explosión de la violencia entre las mujeres y con los hombres. O que si decide tomar los chongos de Hitchcock, el ambiente de Altman, la saturación de Powell o el lesbian chic de Scott, los retomara de manera posmoderna y no como bocetos de una mala copia.



Años de muerta y la maestra americana de la crítica norteamericana Pauline Kael sigue teniendo la razón: “alguien debe quitarle la cámara de las manos a Aronofsky”, un cineasta que va para atrás en su carrera: con todo y lo entretenida y con varias películas entre ésta y “Réquiem por un sueño” –igual de tramposa y vacía en cuanto a estilo y sustancia-, no ha habido para el director un crecimiento como artista, sino lo contrario. Pero sigue siendo igual de engañoso; y hasta en Hollywood creen que esta es una película “avant garde”. Por favor, que alguien los mande al Videodromo!

PD. Pero qué pósters tan magníficos...

BURLESQUE O LAS FALSAS ESPERANZAS DE LA AGUILERA


Fuera de la preocupación que me causa ver la casi nula movilidad de esa estrella impresionante, gran actriz y cantante que es Cher (ganadora del Oscar por Hechizo de Luna y nominada también al darse un tú por tú ni más ni menos que con Meryl Streep en Silkwood), la otra sensación que me causa Burlesque es la de fastidio bochornoso.

Hace muchos años TV Azteca, tenía el tema de Christina Aguilar “Falsas esperanzas” como pieza musical en los créditos de una telenovela llamada “Como en el cine” (misma que lanzó a la pantalla grande a figuras como Bárbara Mori, Mauricio Ochmann y Ninel Conde). Quien fuera a decir que el título sería profético respecto al paso de esta cantante rubia al cine hollywoodense. Que la trama sería parecida a la de la telenovela –con un poco de “Flashdance” pero sin el sentido estético de Adrian Lyne, otro poco de “Nace una estrella” pero sin el magnetismo enloquecido de Judy Garland o Barbra Streisand, o como “Showgirls” pero sin lo porno decadente- quedando el filme y esta cantante de pulmón enorme y cero magnetismo como una ballena varada en la playa.


Pero no sólo ella es la pésima, sino la mediocridad musical del filme (algo que ha perseguido a esta mujer desde sus inicios) misma que recae también en ella en un 90% y la propuesta visual del filme: mucho dinero mal gastado para las lucecitas (mal puestas emulando a Cabaret o a Chicago pero a lo pinche) y los vestuarios –realizados con un mal gusto increíble, por no hablar de las pelucas que nos remiten a las verdaderas vedettes del mundo nocturno: desde Olga Breeskin hasta Dita von Teese pasando por Raffaella Carrá, el Crazy Horse, Arielle Dombasle y –por qué no?- Lila Deneken la número uno, uno, uno.

Volviendo a Cher, parece que tuvieron que convencerla y nos obsequia dos temas muy menores en su carrera, que al compararlos con lo demás brillan desatados, pero que ni así lograron convencer a la Academia para que saltaran al Oscar. Tiene una catfight con Kristen Bell –lo más destacado dramáticamente en el filme-, tiene química con Stanley Tucci –en su enésimo papel de amigo joto de la protagonista tremendona- y jamás le pone la mano encima a ese dechado de músculos y sex appeal llamado Cam Gigandet, quien acaba haciéndole un strip tease… pero a Christina Aguilera!!!

Fan del musical que soy, ésta ha sido la primera película que me ha puesto en los zapatos de sus detractores, hartándome su retahíla de canciones imbéciles sobre interpretadas y sobrestimuladas en un filme más plano que… “Como en el cine”.

LOS PEQUEÑOS FOCKER O EL ESTERTOR DE UNA COMEDIA TAN DENIGRANTE COMO DIVERTIDA (SEGÚN ELLOS)


Gay Focker es un jefe de enfermeros pusilánime y cobarde aplastado por el amor de su esposa chantajista y su suegro sicótico. Añádase a ello un –imposible- sex appeal que lo hace víctima de acoso sexual por una italiana que lo quiere además para su campaña de fármacos contra la impotencia y una fiesta de cumpleaños que pone en jaque las actividades de todos los demás personajes –lo que incluye una madre sexóloga televisiva que denuncia las actividades onanistas de su hijo; un padre con andropausia obsesionado con el flamenco; y un mejor amigo con cuerpo de perro parado y cara de muñeca deslavada de Farrah Fawcett, sempiterno enamorado de la esposa ajena.

Esta es la materia prima de una saga en el estertor: ya no saben para donde moverse y se nota. Anécdotas cansadas que jamás llegaron a verse en los libretos de Mauricio Kleiff en sus peores momentos como libretista de exitosos programas mexicanos de comedia. Esta saga es como un capítulo de “Hogar Dulce Hogar” o “I love Lucy” con situaciones escatológicas, sexofobia y un escupitajo a la carrera de tres de los actores más propositivos de los setenta.

¿Dónde quedaron el actor de “Taxi Driver”, el de “El Graduado” y la de “Nuestros Años Felices”? Ahora Robert DeNiro es el personaje de Scorsese si hubiera entrado al ejército y se hubiera casado con la hermana tarada de Cybill Shepard en el filme; Dustin Hoffman aparece como si su personaje de “El Graduado” no hubiera escapado con Katherine Ross al final y hubiera vivido su adultez tratando de superar la violación que ejerció contra él la señora Robinson; y Barbra Streisand parece ser la agitadora izquierdista de “Nuestros Años Felices”, ahora arrepentida y que se quedó con la política sexual de los setenta para convertirse en una doctora Ruth sin huevos para haber abortado a su hijo, y por ello, torturarlo al infinito.

Este re-trabajo de los personajes podría funcionar como una saga cínica hipercrítica de esos clásicos del cine en manos de guionistas con nivel, ya fuera en drama o comedia, pero en este filme jamás se esboza ni siquiera la posibilidad de aumentar un grado de su nivel artístico. Ni un sitcom es tan chafa.


¿Dónde quedó la dignidad? Quizá en los otros dos filmes se intentó que hubiera algo así como una sátira (casi siempre a costa de chistes sobre la forma de pensamiento militar y de la comunidad judía), pero en esta ya devastada continuación, ya no hay modo (sus chistes sobre la sexualidad y el bromance entre suegro y yerno a partir de la percepción infantil es quizá lo más incisivo) y de hecho, la trama se le revierte a esta película en su contra convirtiéndose en una muestra de la hipocresía americana respecto a su interpretación del concepto de familia: los principios fascistoides de la extrema derecha que encarna el suegro pendejoide interpretado por un Robert DeNiro desatado, si bien son productos de mofa cínica durante toda la película, acaban por ser obedecidos y aplaudidos al final, debido a la porosidad ética y moral del des-huevado personaje principal encarnado por Ben Stiller.

A una película con esos actores y esa currícula en el cine mundial se les exige algo más que un divertimiento (¿?) que forre sus bolsillos de dólares. Como diría mi extrañado crítico y guionista Tomás Pérez Turrent: evítela como la peste.

EL LEGADO DE TRON O UNA GRAN EXPERIENCIA SIN GUIÓN



Es una secuela que para realizarse ha tomado más de un cuarto de siglo. Una brillante combinación de segunda y tercera dimensiones en otro ejercicio extremo de belleza arrobadora 3D a lo Avatar de Cameron –acerado, oscuro, líquido, tan fluido y con tanto peso como el mercurio- y no a lo imbécil como la Alicia de Burton.

Pero es también un filme por derecho propio con una historia anodina de rescate hijo a padre en un mundo paralelo de seres humanos convertidos en programas que a su vez podrán humanizarse para salvar a la humanidad de enfermedades y accidentes. Es una historia de rebelión de máquina contra el hombre. Un canto visual retrospectivo al estilo del “futuro visto desde los ochenta”.



Un vehículo de estrella que toma su base en el carisma atemporal del gran actor Jeff Bridges quien actúa en dos papeles: como el protagonista viejo y como el programa que creó veinte años atrás (eso gracias al virtuosismo del scaneo cinematográfico). Y una demostración del carisma del joven y guapo actor Garret Hedlund (que ha hecho anteriormente gran comparsa junto a Mark Wahlberg en Cuatro Hermanos de Singleton, o con Orlando Bloom y Brad Pitt en Troya de Petersen) o de (la chica del televisivo Dr. House) y de la persistencia en pantalla de un siempre propositivo Michael Sheen (“La Reina”).

Deje su intelecto en el asiento de al lado y ponga toda su sensibilidad audiovisual a tope: una experiencia gozosa que trasciende de manera brillante – y aunque sea un ratito- la narrativa convencional del Hollywood que padecemos.

TE PRESENTO A SANDRA, DIGO A LAURA, O ARRIESGANDO EL 226


No sé si sea a algún fan le parezca encomiable el que una joven y carismática actriz de telenovelas que dio salto a la pantalla grande de manera taquillera con varios churrazos en su haber y que logró colarse al cine internacional bajo la dirección de realizadores respetables como John Sayles u Olivier Assayas, trate de convertirse en la Sandra Bullock que nos merecemos. A mí no me lo parece.

Y para ello, Martha Higareda –linda, fresca, simpática y equivocando el rumbo- ha escrito el guión de “Te presento a Laura”, una retahila de gags mal ejecutados patrocinados por Inbursa y mil un veces vistos en comedias americanas televisivas que –pensemos lo que pensemos de ellas- siempre se encuentran filmadas con un gran nivel técnico y actuaciones bastante buenas. Esta película ni siquiera logra llegar a ese nivel. Es como un chicle Trident -o al menos eso piensan sus ejecutivos que la patrocinan.

Eugenio Derbez bajo una máscara que le impide actuar, Kuno Becker homenajeando en su papel a los tics de Ari Telch, Mónica Huarte en el único papel que sabe hacer y Armando Hernández en automático con un sombrerote de policía que es un mal chiste del vestuarista, todos se unen para desacralizar y tomar los efectos sentimentales de filmes excelentes como “Mi vida sin mí” de Isabel Coixet, agregándole un final de falso suspenso con asesino a sueldo a lo “El amigo americano” de Wenders (que se parece mucho a un filme regiomontano que está por estrenarse, tampoco muy original que digamos), aderezado por chanzas sin ritmo que nos hace extrañar el ritmo impecable de las sexy-comedias del realizador El Güero Castro, por muchos años el único autor del cine mexicano, y su maravillosa dupla actoral: aquellos bellísimas bestias cinematográficas Sasha Montenegro y Jorge Rivero –aún cuando Higareda se empeñe en revivir el estilo de las comedias de Angélica María o Rocío Dúrcal (fuera tan fácil, ja).

La única actriz interesante, fresca y que no imita a nadie es Ayslin Derbez, quien me ha sorprendido desde “El Atentado” de Fons –otro ejercicio tan estéril como oneroso. No sólo tiene el rostro de su sensacional abuela sino todo su peso escénico y el drama en la sangre.

¿Qué hacen Paulina Gaitán (Somos lo que hay, Sin nombre), Ayslin Derbez y la mismísima Martha Higareda en algo así? Espero que sus agentes no les vuelvan permitir caer de nuevo en algo así. Y que la gente que otorga dinero de nuestros impuestos a estos filmes se detenga. Si se quieren hacer estos filmes, que el dinero no provenga del erario… Ya me imagino que vean este filme los enemigos del cine nacional cuando se defienda anualmente el presupuesto de apoyo al cine a través del Artículo 226… Y ésta es la única razón por la que se debe escribir sobre este filme…

LA REGATA


Pocas personas pueden debutar tan afortunadamente como François Truffaut, Orson Welles o Michael Rowe. Para ello se inventaron las escuelas o ciertas secciones/talleres en festivales prestigiosos. Y luego ni así.

Este es el caso de CineFondation del Festival de Cannes, que pretende apoyar las primeras obras de jóvenes creadores surgidos de escuelas de cine. ¿Recuerdan el escándalo que hizo Carolina Rivas en el programa de Brozo porque la UNAM no la apoyaba para asistir a Cannes con su cortometraje Zona Cero? Pues bien, era para asistir a CineFondation.

Por desgracia, los filmes que ahí se han forjado no hay tenido una gran recepción posterior a sus estrenos y quizá La Regata dirigida por Bernard Bellefroid, cinta inaugural del ciclo Cinema Europa en la Cineteca Nacional hubiera corrido la misma suerte de no ser porque cuenta en su reparto a Thierry Hancisse, un actor increíble y gordibueno de la Comedie Francesa; uno más bastante taquillero que es Sergi López, quien siempre repite el mismo papel; pero sobre todo y porque como protagonista se encuentra un “heartthrob” instantáneo que es Joffrey Verbruggen y que en las páginas de YouTube cuenta con una serie de homenajes enamorados que le hacen ver desde estas tierras –aunado a su incontestable carisma- como una especie de Zac Efron belga, aunque esté alejadísimo de ese rostro hollywoodense que parece hecho a mano.

No buscar aquí la huella de cineastas belgas extraordinarios como Agnes Varda, Chantal Ackerman, o los Dardenne. La regata no es más que un híbrido de esas películas con contenido social que nos ha brindado el cine desde su nacimiento (en este caso enfocado al maltrato familiar entre padre e hijo y la disfuncionalidad resultante posterior a la muerte materna –inexplorada en el filme) con otros filmes bastante poderosos e increíbles sobre la educación sentimental de un joven que son todo un género literario alemán aparte (la canónica Nido de Escorpiones de Schlondorff, por ejemplo).

Eso hace que el filme sea bastante previsible y el que sea una ópera prima de repente nos explica ciertas imprecisiones de tempo entre uno que se pretende contemplativo y estético (bien logrado pero al que le robaron el sustento) y otro ágil y esquemático para las escenas melodramáticas y las deportivas (ah, porque esta es la historia de un chavo maltratado por su padre que es regatista y oculta su condición ante un profesor que no comprende su estado a pesar de que se mete a las regaderas para separarlo de pleitos con otros compañeros y no fijarse en todas las heridas que muestra su cuerpo desnudo: aquí el director de veras nos exige una total suspensión de la incredulidad).

Sin embargo es un filme juvenil que otros críticos seguro definirán como fresco y entrañable. Yo, para éstas, me sigo quedando con las pelis de John Hughes, pero está bien dirigida y le recomiendo esta película también a los seguidores y creadores de “El estudiante” –para que vean que hay películas sociales igual de sinceras y adoradas por la audiencia, sólo que sencillas, bien dirigidas y musicalizadas que no caen nunca en el maniqueísmo bobo y derechista.


VIERNES DE ÁNIMAS Ó ¿EL CINE MEXICANO QUE NOS MERECEMOS?


Hubo una época en la que uno se sentía solidario con el cine mexicano, lo veíamos como género y decíamos “hay que apoyarlo”. Ahora que se ha vuelto un mercado de dudosa calidad al que cualquiera con unos cuantos milloncitos puede acceder mediante préstamos del gobierno para crear cualquier basura, llamo a hacer un “razonamiento de taquilla”.
¿Por qué ver una mala película de quezque de suspenso en la que…

1.- Se nos amenaza desde el principio que es la primera de varias.
2.- Nos es evidente que no supieron hacer sonido, que su doblaje es pésimo y fuera de sync, y que de diseño sonoro no conocen maldita sea la cosa.
3.- Se toma de chile, dulce y manteca tanto efectos como ideas visuales y estilos de actuación de filmes orientales (la explicación es un robo de “The grudge”, la quezque poesía de las flores de “A tale of two sisters”, la niñita es hermana región 4 de “El Aro”, la criada fantasma de cualquier filme de Hollywood, la sub-actuación maniaca del actor es un homenaje delgado a la de Ryan Reynolds o de James Brolin en las “Amityville”, y la sobreactuación de Magda Guzmán (tan lejos de Las Troyanas y tan cerca de “La Rosa de Guadalupe”) es de lo más patético visto en la última década.
4. Campea el diálogo idiota, el lenguaje soez, misógino y homofóbico.
5. Sólo por momentitos, especialmente en las escenas blanco y negro o en las que aparece Irán Castillo, hay algo inquietante que pudo haber dado para más.

… cuando podemos ir a ver “Déjame entrar”, alguna nominada al Oscar, la retrospectiva de Chabrol o de Miyazaki, en la Cineteca, asistir al FICUNAM, ver la peli de Gyllenhall, o hasta juntar nuestros milloncitos para filmar la peli que queremos ver –y que evidentemente nos saldrá mucho mejor que la aquí mencionada o “Te presento a Laura”?
Usted debe responder.

Porque la verdad es que cualquier realizador tiene derecho a hacer la película que quiera, ir aprendiendo con el tiempo o no. Lo que aquí se cuestiona es el doble discurso del cine de calidad, la creación de una industria y demás etcéteras ponderados por quienes apoyan este filme. Después de éstos filmes ya no pueden ponerse exigentes.

En taquilla se debatirá si este filme de quezque terror apoyado por el 226 e Inbursa es el tipo de películas que nos merecemos como mexicanos. Porque como mexicanos es que apoquinamos con nuestros impuestos para que estos sean reinvertidos en filmes así –de acuerdo a los jurados seleccionados por el IMCINE y a los apoyos de éste a la distribución- y porque como clientes en este país de grupo CARSO, Sanborns e Inbursa es que hemos llevado a Carlos Slim a convertirse en el hombre más rico del mundo –aún cuando la mayoría de las películas que produce para nuestro consumo han sido las peores del cine nacional en todo el sexenio.

Nuestra asistencia al cine nacional es lo que marca la diferencia en cuanto a sus propuestas. El poder está en nuestras manos.

sábado, 22 de enero de 2011

DÉJAME ENTRAR ( LA GRINGA)


Innecesaria y redundante, la versión de Matt Reeves es una pelicula bien hecha y actuada pero con un aderezo de melodrama e ideología gringa "bigger is better". Sólo para gringos nacos que no leen subtítulos.

DE AMOR Y OTRAS ADICCIONES


El género de la comedia romántica desde el punto de vista de un hombre (al que le debemos joyitas como Leyendas de la Pasión y About last nigrht del mismo director de este filme, Edward Zwick) está vivito y coleando de la mano de dos intérpretes excelentes que igual desbordan su simpatía de manera sicótica o histérica en un guión fresco y estimulante que no sabe como darle vuelta al final. Sin embargo es sexy y sardónica -una combinación difícil que aquí triunfa con brío. Conducidos por la mano firme de Zwick y sin temor al desnudo, Jake está lo que sigue de sexy y Anne extrañamente encantadora, así como es ella.

jueves, 20 de enero de 2011

DÍA DE SAN SEBASTIÁN: DE REPENTE, EL VERANO ANTERIOR...





El otro Sebastíán que recuerdo es de este filme maravilloso de 1959 basado en la obra teatral de Tennesse Williams. Nunca veíamos su rostro pero su homosexualidad fue castigada del modo más horrible. Esta obra aterrorizante la escribió Williams tratando de reconciliarse con su homosexualidad y ahí se encuentra todo: la obsesión por la belleza, el cruising, el closet, las fruit flies, las madres castrantes, la homofobia, el erotismo, el terror a la verdad, divas y divos del cine. Un Mankiewickz endemoniado orquestando el filme más tremendista del cine americano hasta entonces!

20 DE ENERO: DÍA DE SAN SEBASTIÁN





Imágenes de una obra de arte signada por Derek Jarman, cineasta británico fallecido por SIDA y radical insigne anti-tatcheriano.

Un filme hermoso e increíble sobre la iconografía histórica universal gay, hablado en latín y que descubro a colores después de haberlo visto en alguna Semana Cultural Lésbico Gay dirigida por José María Covarrubias que nos pasaba junto con Jorge Fichtl, sus VHS´s piratas en las aulas del antiguo Museo del Chopo.

Jarman ganó el Teddy Award ese año en el Festival de Berlín. Aún era un premio igual de potente y lanzador de carreras, pero bastante alejado de la oficilía y sin dinero -en vez de dar la hermosa y simpática estatuilla que ahora otorgan (figura diseñada por Ralf Köning, sentada sobre una piedra del extinto Muro de Berlín), antes lo que ofercían era una bolsita de ositos panda de gelatina!-.

lunes, 17 de enero de 2011

GLOBOS DE ORO versión lgbt:


LOS NIÑOS ESTÁN BIEN (mejor comedia y actriz Anette Benning)

GLEE (Serie musical, Paul Colfer y Jane Lynch)

TOY STORY 3 (animación); Bieber de presentador

LA RED SOCIAL (guión, dirección, película); BURLESQUE (mejor canción)

sábado, 15 de enero de 2011

MAS ALLÁ DE LA VIDA de Eastwood


Equivocada de tono, es sin embargo un filme dirigido con brío y rigor. Un tsunami, pérdidas, casualidades. Cualquier peli fallida de Eastwood a sus 80 años es mejor que la buena de muchos directores actuales.

ESPÍRITUS de Wes Craven



En ESPÍRITUS de Wes Craven conviven la esquizofrenia, los sueños, las premoniciones, un asesino serial, su espíritu y 7 chamacos encantadores que hallarán su fin en el terror o el descontento. Si quiere llevarse una buena impresión, sálgase cinco minutos antes del final...

domingo, 2 de enero de 2011

LA LARGA CENA DE NAVIDAD o las trampas del tiempo



Dejé de ir al teatro hace muchos años por el bajísimo nivel de actuación y dirección. Ciertas obras me habían cimbrado y fascinado. Siempre esperé de las demás lo mismo o algo más. Pero nada. La crisis que aqueja al país desde la salida de CSG de la presidencia, alejó tanto a grandes actores, artistas y artesanos, como a propuestas atrevidas -comerciales o no-, para dejar en su lugar a un grupúsculo de cuates apoyados por otros que raramente logran algo bueno. Las apuesta tailor-made de OCESA son de lo más rescatable por tener pendientes a los productores de las piezas originales de la forma en que sus obras se ponen alrededor del mundo, y porque cuando hacen sus propias obras, arriesgan su dinero y buscan el éxito -todo lo contrario a los mamadores de chichi que viven del gobierno con atrocidades autocelebratorias o en complicidad. Me tuve que volver escucha de textos y capturante de momentillos valiosos en que actor-texto-luz comulgan espléndidos...



De ahí que si al teatro mexicano poco se le puede pedir, pues qué podemos decir de sus críticos. La obra LA LARGA CENA DE NAVIDAD de Thornton Wilder bajo dirección de Otto Minera fue recientemente criticada por que sus textos eran "reiterativos y algo aburridos". No vale la pena mencionar al brutillo que lo escribió pero me es claro que desconoce de poética literaria y dramatúrgica, y más cuando celebra las actuaciones de todos los actores porque desconoce totalmente de actuación -pues la obra en realidad se sostiene de la actuación indeleble de Lumi Cavazos y Emilio Echeverría quienes mueren al principio de la obra y cuyas frases son repetidas por los demás actores una y otra vez como en reverberaciones del agua o estribillos de un canto inolvidable. Arturo Barba tiene sus momentillos, Jorge Luis Moreno está desaprovechado, todos los actores adolecen de algo que los unifique: si el texto no fuera tan firme, muchos capítulos parecerían viñetas -es evidente que al director le faltó tiempo para generar que los personajes tuvieran la suficiente vida interior con las consecuentes transiciones de madurez y crecimiento necesarias para la interpretación en el escenario. El colmillo de conseguir grandes actores para el arranque de la obra no es más que eso... la experiencia que te dota de grandes trucos que a veces logran cuajar... y a veces no tanto. El tiempo tiende trampas y no sólo en las mejores dramaturgias -aquí era necesario desentrañarlas en el montaje también. La escenografía hace todo lo posible por verse más pobre de lo que es por una verdadera impericia del escenógrafo: lo mismo y el mismo presupuesto se hubiera gastado en algo decoroso que combinara con la delicadeza que requiere la obra.

A pesar de todo y gracias a algunos de los actores de esta puesta (los mencionados en este texto), Thornton Wilder -Premio Pulitzer y dramaturgo gay de los 50´s que ha sido recientemente revalorado en Broadway y el mundo- mantiene en su obra una visión clásica y actual a la vez, que nos muestra los que unas reuniones familiares tienen de Eros, Thanatos, espiritualidad, rito. La vida es una larga cena de navidad en la que las generaciones, los sueños, la vida, la muerte y los guajolotes (que se convierten en pavos gracias a una agradable aportación mexicanista) se dan cita en una especie de sesión espiritista de reconexión con el pasado que es el futuro y el presente a la vez. Deben verla. Gran texto.

sábado, 1 de enero de 2011

LA CINTA BLANCA DE HANEKE



Más que una versión del Pueblo de los Malditos, LA CINTA BLANCA de Michael Haneke, es una terrorífica y retorcida incursión a las pulsiones tanáticas de la cinta antibélica JUEGOS PROHIBIDOS sólo que bañados por una luz perversa que permitirían la puesta en marcha del asqueroso nazismo.

ROJO



Calzones rojos para empezar el año!!!