Un blog independiente por opinión, irreverente y apasionado, realista y soñador,
escrito por Arturo Castelán,
Fundador de Mix México: Festival de Diversidad Sexual en Cine y Video

lunes, 31 de mayo de 2010

SEX AND THE CITY 2



Quién fuera a pensar que una columnita de Candace Bushnell más o menos vindicativa y clasista sobre el mundillo de Nueva York, fuera a lograr que Darren Starr, el productor gay estrella de 90210 y Melrose Place, la comprara para lanzarle en su cúspide del éxito, dentro de la revolución programática de la cadena televisiva por paga HBO –quien ya acuñaba su frase distintiva: NO ES TV, ES HBO.

Y que en una temporada se convirtiera en una serie de culto para mujeres y gays de Norteamérica y el mundo. Remozada totalmente de su original periodístico y bañada por todas esos personajes, obras y crónicas literarias virtuosas con Nueva York como protagonista y escenario –tales como La edad de la inocencia de Edith Wharton, o las Plegarias atendidas de Truman Capote y los filmes de Woody Allen con su emblemática primera persona en voz off- Sex and the City tomó al mundo por la fuerza con la historia de Carrie (Sarah Jessica Parker), una columnista de sexualidad y sociales atrapada por una red de moda, glamour, compras compulsivas, hombres perfectos con incapacidad para relacionarse y su obsesión por un millonario resbaloso llamado Mr. Big.

Después de ocho temporadas gloriosas, su salto el cine fue extraordinariamente bien recibido –y bastante dilatado debido a los pleitos internos entre las dos estrellas del programa: Parker (asumida ya como productora ejecutiva) y Kim Cattrall (la promiscua de la serie revivida después de su éxito como protagonista de la película Me enamoré de un maniquí)- y la boda fallida de Carrie en la primera parte es ya una escena icónica del cine, así como la pluma azul que adornó su tocado nupcial –cortesía de Patricia Fields, ya un ícono de la moda neoyorquina, quien a través de la serie movió la moda del país norteamericano a su ritmo.

¿Por qué funciona Sex and the City? Porque es un canto glorioso a las contradicciones de la feminidad al principio de este siglo, narrándose, como escritos por una bastarda de Wilde y Allen, a través de la sátira y la paradoja –cosa que el pobrísimo original literario ni se atrevía a tocar- y con unas cuantas líneas obscenas que le da un toque chic posmoderno heredado de la libertad femenina en el lenguaje de los 90.

Son cuatro los personajes femeninos multifacéticos complejos apenas por arriba del común en el serial estadounidense (lo que nunca será crítica denostativa si entre ellos se encuentra gente como el Pultizer Jon Robin Baitz): Carrie está enloquecida por los zapatos de Manolo Blahnik pero también es aplastada por un alquiler y su menguantes ahorros. Miranda (la feliz lesbiana Cynthia Nixon) es una abogada ardiente que teme al sexo y al control que le suponen los hombres y la maternidad, una verdadera ama de casa de clóset obligada al éxito. Charlotte (Brooke Adams) lleva su santurronería hipócrita hasta el triunfo sexual y engendrador de un esquemático matrimonio judío. Y Samantha Jones se tropieza constantemente con el cerco sexual y erótico que le implica ser mujer en una sociedad machista: su triunfo será siempre saltarlo triunfalmente –e incluso hacerlo de una manera material al hacer desaparecer su propio cáncer.

Sex and the city es una verdadera woman´s film: un homenaje a la amistad femenina a lo George Cuckor (por favor no vayan, CORRAN por la película Las Mujeres de este director, en oferta en cualquier tienda de DVD´s): fraguada a través de la lucha por obtener el éxito en el trabajo, el amor, el sexo y a pesar de los hombres. Sex and the city es también un filme río incontenible e incontenido apoyado por su taquilla: una “Nueva York Carrieplatz” de nuestros tiempos. Oh, blasfemia. Y por último, también es la poética glamourizada de una ciudad que primeramente hemos conocido y amado a través del cine (gracias sobre todo a Allen y Scorsese).

Sex and the city 2 se estrena el viernes y sin reventarle la película a nadie: vuelve el personaje de John Corbett. Pero Carrie ya está casada. Aparece Liza en sus vidas. Con menos botox que las protagónicas! Y Penélope Cruz…. Oh. My. Gay. God!

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