jueves, 14 de julio de 2011
GOTAS DE AGUA SOBRE PIEDRAS ARDIENTES O EL VAPOR
¿Qué sucede con el libreto de esta obra de Fassbinder? ¿Por qué nunca la quiso montar o realizar en cine? ¿Será por su final desdibujado? ¿Por las obviedades cansadas y ya expresadas en sus mejores filmes? ¿Habrá salido a la luz en un intento de su viuda por obtener dinero –que asumimos será para conservar sus filmes? ¿Debió salir a la luz? ¿Fue mejor la adaptación cinematográfica de François Ozon?
A ésta última pregunta debo responder que como parte del Jurado del Premio Teddy ese año que el filme hizo su premier en el Festival Internacional de Cine de Berlín (y donde ganó), se tomó en cuenta el gran trabajo que hizo este director con un material poco conocido y la inteligencia con la que manejó a señores actores en su visión cinematográfica postgay y cuestionante de todas las etiquetas sexuales habidas y por haber en el microuniverso de un departamento.
En la puesta de Martín Acosta todo ello desaparece y sólo queda la petulancia de una escenografía que es la rebanada de un living inmensamente ancho que intenta parecer cinemascope pero que sólo aleja a los personajes innecesariamente a tal punto que incluso los espectadores tenemos a veces problemas para escucharlos. La decoración retro más bien parece decoración del Cityville y el vestuario se pretende setentero/atemporal teniendo su punto más alto en el short tirolés de Polanco que asumo viene desde el libreto y que ya estaba presente en la película de Ozon. Dudo que los actores hayan entendido el peso que Fassbinder alguna vez tuvo en la escena mundial a través de sus postulados del antiteatro o de su búsqueda brechtiana de los resortes del melodrama para cuestionar una sociedad activa y libertaria. Hay mucho gariboleo en el trazo y amaneramiento innecesario en el trabajo actoral, cuando no de plano mal gusto o irrelevancia. Esperamos que en su traslado al Shakespeare la obra se modifique.
Yo sólo apuesto que en Alemania hay un verdadero artista revolcándose en su tumba.
La de arriba es una secuencia de la película de Ozon: nada que ver con la obra.
Costo del boleto: 200 pesos
Costo real: mejor vaya a rentar o comprar las películas de Fassbinder o la adaptación de Ozon.
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