Un blog independiente por opinión, irreverente y apasionado, realista y soñador,
escrito por Arturo Castelán,
Fundador de Mix México: Festival de Diversidad Sexual en Cine y Video

lunes, 20 de diciembre de 2010

TODAS LAS DIVERSIDADES DEL SEXO: Una entrevista a Jeffrey Weeks.

** POST-SCRIPTUM: (Esta entrevista la hice en 1995 -cuando yo tenía 22 años- y la publiqué poco después en El Financiero de Víctor Roura. Han cambiado muchas cosas sobre la sexualidad en nuestro país -sobre todo de forma y no de fondo- pero ahí están los discursos vivos, las profecías realizadas, el progreso y las reticencias. Y ahí está, palpable en mis preguntas, el concepto que un par de años después cristalizaría en Mix México: Festival de Diversidad Sexual en Video y mi posterior trabajo como realizador y productor audiovisual)**



A grandes rasgos vivimos en un país donde el género es lo que cuenta: el pan que nos alimenta y el hierro que nos mata; un país en el que la religión casi es ley; donde el machismo es una retorcida forma de matriarcado; y en el que legalmente ninguna preferencia sexual es prohibida, aunque socialmente sólo se avale a la heterosexualidad. Un país -como la mayoría de todos en Occidente- cuya sexualidad se construye en base a la dicotomía placer-culpa in extremis.

Jeffrey Weeks, -ensayista, autor de El malestar de la sexualidad, Against nature y Coming Out entre otros muchos libros y artículos sobre los lazos entre la sexualidad y la organización social- es un hombre inteligentísimo, muy afable. Comprometido con el movimiento gay inglés, crítico experto de sexología y enemigo de las teorías esencialistas sobre el sexo (aquellas que ponderan la naturaleza y los mandatos biológicos por encima del todo social) afirma en su libro Sexualities que "al sexo lo forman las fuerzas de la sociedad... y sólo existe a través de ellas". Es además Profesor de Sociología de la South Bank University de Londres e invitado por El Colegio de México y la Asociación Mexicana de Educación Sexual, ofreció en este país una serie de conferencias magistrales sobre sexo, historia y sociedad.



AC: ¿Qué has escuchado respecto a la sexualidad en México, cual es la impresión que te causa? ¿Y cuales son las diferencias más pronunciadas que encuentras entre México e Inglaterra?

JW: Las sexualidades mexicana e inglesa se diferencían en cuanto a estilos. En los bares gay mexicanos no existe el nivel de sofisticación que encuentras en Estados Unidos o Europa. Aquí uno se encuentra con un estilo de dominación y de machismo con valores familiares tradicionales, subordinación femenina y miedo a la homosexualidad así como al afeminamiento. Lo mismo se encuentra en Gran Bretaña, sólo que a un nivel distinto: aquí noto que es más agudo. Ahora en cuanto a las discusiones sobre la sexualidad (tanto en los bares como en los seminarios) yo las encuentro de un nivel posmoderno. Hay un gran espacio entre lo que se discute y lo que ellos viven.

AC: Toda discusión que se lleva a cabo sobre sexualidad en México, se refiere al género. Aún seguimos en esa etapa. ¿Es igual en todo el mundo?

JW: Creo que no podemos separar el concepto de sexualidad, del de género. Pero en Estados Unidos y Europa se está haciendo una separación entre género e identidades sexuales. Hay nuevos estilos de masculinidad y de feminidad que tienen que aúnados al deseo y a la preferencia sexual han dejado ya muy por debajo al concepto de género. En Estados Unidos e Inglaterra, la creación de una identidad "queer" (gay, "rara") ha cuestionado los lazos que se cree existen entre el género y la conducta sexual. Se ha demostrado que lo importante son lo hechos, lo que se hace y cómo se hace; la exploración del deseo en toda su gama ha modificado los estándares establecidos. Pero por el momento, esto es un movimiento de minorías que están presionando contra las etiquetas de género e identidad que les han sido impuestas.



AC: En un artículo, Ken Popert discutía que no existe una minoría gay pues todos los humanos tenemos una sensibilidad homo (es decir, no existen los extremos: no hay una persona 100% homosexual ni tampoco una persona 100% heterosexual).

JW: Uno de los objetivos de la liberación homosexual ha sido quitarse la etiqueta de minoría y permitir que liberemos la parte homosexual o la parte heterosexual que todos llevamos dentro, para que haya entonces una libertad de elección -pues el rango de deseos en cualquier persona es enorme. Por razones políticas es que Al movimiento gay se le ha considerado como uno de minorías. Estoy de acuerdo con el argumento de Popert, pero eso es la teoría, pues en la práctica, muchos homosexuales nos vemos como una minoría y sentimos incluso que nuestros deseos sexuales no merecen respeto.

Mark McNestry -pareja de Weeks- quien desarrolla proyectos sobre prevención del VIH entre hombres gays y bisexuales en Greenwich, Londres, interviene:

MM: Sin embargo hay una necesidad de utilizar el término de minoría para, digamos, fines de identificación.

JW: Eso se me escapaba. Y es cierto, el mismo Ken Popert ha estado en movimientos a favor de los derechos de las llamadas "minorías". Es decir, se utilizan los conceptos de "minoría" para propósitos políticos. Nosotros lo llegamos a utilizar pero sólo como concepto; . Es cuestión de lenguaje y tácticas políticas. El término se maneja en dos niveles pero eso es todo. Lo importante es que aún cuando en realidad fuéramos una minoría, debemos formar grupos que defiendan los derechos gay.

AC: En este momento las personas nos hallamos entre dos fuerzas: una que pondera al sexo como lo máximo a lo que podemos aspirar en la vida, y otra que lo sataniza nombrándolo entre otras cosas, propagador de enfermedades. ¿Qué es lo que podemos hacer ?

JW: Buscar placer y relación pero de un modo seguro. Evitar el peligro.

MM: Uno puede buscar y encontar todo tipo de placeres, simplemente evadiendo al virus.



AC: Pienso que la crisis del sida ha permitido que se hable de sexualidad en cualquier parte, de un modo que no existía hace veinte años. Pero ahora está cargado de muchos miedos. Yo soy un chico-sexo seguro y he notado muchos problemas con la gente mayor que yo en cuanto a sus concepciones del sexo seguro pues no le dan importancia. Ellos fueron educados con la idea de que el sexo es libre, que un condón no es necesario, etc. Allí hay un problema ¿Cómo conciliar esos modos de pensar y actuar?

JW: El sexo no es nada más cuestión de una sola persona, siempre involucra a otra. El respeto por uno mismo siempre significa respeto por la otra persona (y viceversa). En corto, si interactúas con otra persona es esencial que no la forces. Es necesario negociar. Y esto no tiene sólo que ver con la propagación del virus, sino incluso con la anticoncepción. Debemos aprender a ver el sexo como una negociación: algo de lo que se puede hablar y discutir pues no podemos discutir las cosas ya "recorrido el camino". Y sin embargo en los quince años que lleva el virus del sida entre nosotros, se ha hecho bastante: la percepción respecto a la responsabilidad ha aumentado. Es difícil, pero cualquier relación puede poner en riesgo una vida y por eso debe llevarse a cabo como una acto de decisión individual donde haya igualdad y respeto.

AC: Me parece que los medios y algunas campañas de prevención hacen que se confunda el autorrespeto con el miedo a la libertad sexual.

MM: Sí, algunas campañas crean culpas respecto a tener sida o a estar expuesto. En las campañas se deben hacer acercamientos positivos a la sexualidad de cada individuo.



AC: El sida en México está muy ligado a la homosexualidad. Y mientras los heterosexuales en su mayoría no practican el sexo seguro, queda una comundidad abiertamente desprotegida que son los hombres que tienen sexo con otros hombres pero que no se asumen como bisexuales u homosexuales...

JW: Reconozcamos que las situaciones son distintas en cada lugar, pero en Inglaterra el sida es una enfermedad también confinada a los hombres gay. Pero todo varía según los lugares: puede haber mayor incidencia en gente que se identifica como heterosexual o en las mujeres o los drogadictos o los niños. Y entonces se deben efectuar campañas dirigidas a esos tipos de población. El decir que el sida es una enfermedad gay oscurece el hecho de que hay muchísimos casos de personas contagiadas que no son gay. Es por ello que se debe cortar dicho nexo. Sin embargo en muchas partes del mundo como en Inglaterra o algunos lugares de Estados Unidos, el sida es, en efecto, una enfermedad gay pues la mayoría de los contagiados lo son. Sin embargo en esta cuestión se debe ser positivo respecto a la homosexualidad, separar las cuestiones del sida y la homosexualidad aceptando que la mayoría de los casos se encuentra -en estos momentos- dentro de la gente gay.

MM: - Creo que de lo que se está hablando es de que la bisexualidad está muy estigmatizada y que dicho estigma impide mostrar el riesgo que acarrea a la población en general. La bisexualidad se halla muy bajo el agua. Y una de las formas que creo pueda utilizarse es informar a la población en general que la homosexualidad es sólo una experiencia que cualquier persona puede tener. Que la homosexualidad no es solo cosa de una minoría.

JW: Es la experiencia cercana de la pérdida de amigos, amantes, hermanos, hermanas, hijos - y-o cualquier persona heterosexual- lo que forza a la gente heterosexual a identificarse con ellos. Es de un modo trágico pero así es como sucede. La gente es forzada a ver la realidad acerca de la sexualidad sólo cuando se enfrentan con la realidad del VIH.



AC: ¿Hay un derecho a callar acerca de si uno es seropositivo o no?

JW: La privacía es un derecho muy importante. Si no tenemos ese derecho, cualquiera -la ley o el estado- lo usará para intervenir en tu vida. Pero también hay que crear circunstancias en las que una persona no tenga la necesidad de esconder su status seropositivo, que se sienta libre de hablar acerca de su situación. Es tan importante el derecho a la privacía, como lo es el derecho a hablar públicamente de cosas que antes eran privadas. Y eso es uno de los logros del movimiento gay: el hablar públicamente acerca de la sexualidad para validarla ante la sociedad.

MM: Y eso también habla de los derechos de la gente a recibir una educación acerca de las implicaciones que conlleva el sexo.

AC: ¿Terminó el movimiento de liberación homosexual al aparecer el sida?

JW: Muchas de las organizaciones sobre sida en Inglaterra, tienen dentro de sus activista a gente involucrada con el movimiento gay de los 70. Y para ellos, esto no ha sido una experiencia separada. Trabajar ahora con sida, se ha vuelto una progresión del movimiento con el que iniciaron. Pero hay un riesgo, y ese es que el sida absorba las energías necesarias para la política gay -cosa que está sucediendo y que están reconociendo muchos activistas-. Sin embargo, en Inglaterra esto está dando un empuje al activismo gay.



AC: Y en Inglaterra, ¿cómo se vive la situación gay?

JW: Londres se ha vuelto una ciudad muy abierta en cuanto a la homosexualidad. Hay bares nuevos, cafeterías. Y hay una actitud pública más tolerante al respecto. Al mismo tiempo la ley sigue discriminando a los gays. Este año, lesbianas y gays unidos intentaron que se igualara la edad de consentimiento para tener relaciones sexuales (los heterosexuales tienen derecho a ellas desde los 16, los homosexuales lo tenían a los 21, ahora a los 18) y aunque no se logró, muchas cosas siguen cambiando. El hecho de que en Europa sean más abiertos con el sexo que en Gran Bretaña, modifica en cierto modo muchas de las actitudes al respecto.

AC: ¿Qué es peor? ¿Sobrevaluar la sexualidad o negarla?

JW: Es muy importante darle el lugar que le corresponde a la sexualidad, su intimidad y las posibilidades de explorarla uno mismo o con otra personna: todo eso es positivo, pero al mismo tiempo, es importante reconocer que se necesita siempre de algo más que uno mismo para llevarla a cabo (sea recurrir a otra persona, o a una fantasía).
Lo único negativo que puedo encuentrar en la sexualidad es el egoísmo: el buscar nuestro propio placer sin tomar en ceunta a la persona conque nos juntamos, el uso del poder para nuestro propio beneficio.
Si los derechos reproductivos son el tener o no tener hijos, entonces los derechos sexuales son el tener o no relaciones. Ahora que gran parte de nuestros problemas se debe a que nuestra sociedad es muy negativa en cuanto al sexo. (Sobrevaluar el sexo) es una parte de nuestro cambio para modificar nuestras actitudes negativas. A la larga es que se valorará lo ganado y lo perdido. Y aunque México es un país bastante negativo respecto al sexo, es muy difícil no ser sexual en esta época, pues en cada lugar al que volteas ahí está la presencia del sexo.

MM: La comunidad gay está muy sexualizada.

JW: Eso es cierto. La sexualidad es la base de su cultura y para ellos, es muy cercana la expresión de los deseos sexuales... Pero creo que el punto crucial respecto a la sobrevaluación o la negación del sexo, es el derecho que tenemos a decidir lo que queremos hacer y lo que queremos ser. Y sé que el decidir no es fácil. El derecho a decidir es algo que libera a una sociedad. Y todas las cuestiones se concatenan alrededor del derecho a decidir.



AC: Ahora se ha comercializado mucho el sexo (cualquiera puede comprar videos, revistas, etc.): ¿ésto está haciendo que el hombre esté más solo, se vuelva más solitario?

JW: Uno se puede sentir solo, pero por muchas razones. Yo creo que la gente que se torna más solitaria es aquella que no se permite explorar sus posibilidades sexuales. Y el silencio respecto al sexo es opresivo. Por ello debemos reconocer el derecho que tiene la persona de explorar sus deseos, sentimientos e identidad.

AC: Es entonces la persona quien escoge vivir en la soledad y el material que compra no es una atadura.

JW: En efecto, y quizá la persona se sienta solitaria por no vivir con el estereotipo que los demás le imponen... Siento que hablar de sexualidad puede hacer que la persona se sienta más sola aún, porque está hablando de sus problemas, de sus carencias ("soy la única persona gay en el mundo") y puede creer que es el único que los tiene. Pero se corre el mismo riesgo al permanecer en silencio.



AC: La masturbación como una opción sexual, ¿por qué está tan satanizada?

JW: La masturbación ha sido históricamente vetada porque no es reproductiva y su único fin es el placer. En la masturbación exploras tus deseos y tus fantasías y es por ello que se está tan en contra de ella: la sociedad no tiene control sobre tus fantasías. Y a pesar de que se está tan en contra de ella, no se ha podido "acabar" con ella. Eso destruiría al individuo. Es una opción segura y no tienes que arreglarte o vestirte bien para realizarla.

AC: Tu opinión sobre la Iglesia y el sexo...

JW: En gran parte de Europa la Iglesia está perdiendo adeptos por su actitud tan pasada de moda respecto al sexo. No soy católico ni lo seré y considero que el Papa (Juan Pablo II) es una persona muy carismática pero que lleva a la Iglesia por un camino equivocado. El problema es que para la Iglesia, el cuerpo no existe. Lo que en una parte del mundo la sostiene, hace que en otra la debilite.

MM_ Yo era católico y uno de los grandes errores de la Iglesia Católica ha sido su irresponsabilidad ante la propagación del sida. Yo no comparto la generosidad de Jeffrey.

JW: Quizá soy generoso, pero de ninguna manera significa que acepte algo así.



AC: Ves algo diferencia entre erotismo y pornografía?

JW: Para mí, pornografía es una descripción mental y no algo real. Su definición podría ser que es algo obsceno y que molesta. Pero el concepto se mueve con el tiempo. Lo que antes llamábamos porno duro ahora es porno suave y por el estilo... Por otro lado, no me parece correcto el imponer este tipo de material a personas que no quieren verlo. Eso rompe la frontera entre lo público y lo privado.

Esther Corona (sexóloga mexicana): - Siento que hay mucha pornografía llena de explotación en la que la mujer es víctima. Y eso tiene un poder muy fuerte sobre los niños que pueden llegar a verlo.

JW: Debemos reconocer que muchos de los crímenes que se dice fueron causados por la pornografía, han ocurrido precisamente en los lugares donde la pornografía era ilegal, prohibida o reprimida. Noto ciertos rasgos de explotación en la pornografía y para mí es incorrecto utilizar niños en ella.

Después de una discusión mía con Esther acerca de que si la pornografía hetero es o no explotativa y después de que argüí -con base en los textos de la filósofa Camille Paglia- de que en la pornografía gay no existe la explotación con base en el género y que eso revierte el discurso de la explotación en el porno hetero, Weeks concluyó:

- La pornografía por sí misma no es mala ni buena. Y el porno gay en sí no tiende a romper las reglas. Es díficil regularlo, como la masturbación.

AC: ¿Crees emtonces que el porno gay sea políticamente correcto?

JW: Yo no diría eso.

AC: Yo no veo que sea explotativo: es consensual.

EC: - Puede y puede no serlo.

JW: Cierto. Todo acto sexual tiene un potencial dañino (a potential to harm) y todo acto sexual que se lleve a cabo con ese fin es condenable.

AC: ¿Es por ello que se tiende a unir la violencia con la sexualidad?

JW: Sí. Muchas relaciones están construidas de ese modo -hay algunos matrimonios así.



AC: ¿Qué opinas de la pedofilia?

JW: Me estás preguntando cosas díficiles.

AC: De eso se trata. ¿Crees que deba ser aprobada? ¿La ves como abuso infantil? ¿Cómo la ves?

JW: Depende de que es lo que ves como pedofilia. Parte del problema tiene que ver directamente con la edad de consentimiento para tener relaciones sexuales. Nadie tiene en sí una certeza de cual es la apropiada. Yo no tengo ningún problema con las relaciones intergeneracionales, entre personas jóvenes y personas mayores. Siempre y cuando halla un acuerdo -consentimiento- entre ambas para llevarlas a cabo. Creo que nadie puede dibujar una línea y decir "a partir de esta edad puedes y a partir de esta otra, no". Lo que necesitamos son formas de proteger a la persona para que no sea forzada a realizar actos en contra de su voluntad. Y también permitir que los jóvenes experimenten y decidan. En Holanda por ejemplo, la edad de consentimiento es de doce años. Las sociedades más civilizadas son las que reconocen a los niños como seres humanos sexualizados, permitiéndoles que experimenten siempre y cuando no sea por su propia voluntad. No estoy a favor del "todo se vale" -la sexualidad es importante para cualquiera-, pero sí debemos dar libertad a la persona de escoger lo que se quiera ser. Y debemos tomar en cuanta que como en todo, existe el peligro del abuso y la explotación.

AC: Hay personas que hablan de una sexualidad sana. ¿Eso significa que hay una sexualidad enferma?

JW: No me gusta hacer distinciones sobre el sexo bajo los términos de sano o enfermo. La única distinción que manejo es entre seguro e inseguro, y ésta tiene que ver con la conducta sexual y los peligros de transmisión de enfermedades entre las personas, especialmente del VIH. Y para realizarla es que debemos aprender más acerca de lo que es seguro y lo que no lo es. Y es importante informar sobre lo que es sexo seguro para evitar contagios.

AC: Entonces, no existe el término de sexualidad enferma.

JW: No, no lo creo.



AC: ¿Cómo se construye la sexualidad en nuestra época? ¿Cuales son los valores que se toman en cuenta para lograr una relación?

JW: Yo creo que hay cuatro valores importantes, que son: el sentido de la responsabilidad hacia uno mismo y los demás. Tu propio cuidado (care) y el que das a los otros. La importancia (concern) que te tienes y la que otorgas a los demás. Así como tu conocimiento (knowledge) individual y sobre el del otro que está contigo. En otras palabras, es muy importante que seamos conscientes de lo que queremos hacer y saber equilibrar esto con las necesidades y posibilidades de la otra persona. Todo tiene que ver con la negociación. Ahora, estos cuatro valores no están delimitados a un sólo tipo de relación: yo no estoy dando como opción la monogamía ni la vida familiar. Puedes llevar a cabo estos valores en relaciones de sexo casual, intergeneracionales, de sadomasoquismo, etc. No importa el tipo de relación que estés practicando sino la actitud que tengas al respecto.

AC: Se dice del sadomasoquismo que es "una creación conciente del placer". ¿Estás de acuerdo con esa idea?

JW: El sadomasoquismo -cuando es consensual- trata de llevar al placer a su límite y de comprobar los límites del cuerpo en cuanto a dolor y placer. Es la forma más pura de buscar el placer: no te conduce a la procreación, generalmente es muy seguro. Tiene que ver con el poder. Pero debemos hacer una distinción entre el acto por sí mismo y las relaciones de poder fuera de éste: cualquier acto sexual se puede ver como una relación de poder, pero al momento en que hay consentimiento, se llega al acuerdo y a la igualdad.



AC: Actualmente hay como una obsesión con el sexo raro (kinky) en los filmes, en los libros (como Sex de Madonna, por ejemplo). ¿A este tipo de sexualidad se le está promoviendo, banalizando, haciendo que cree miedos...?

JW: En la historia de la sexualidad siempre ha habido lo que llamaríamos una parte transgresora que rompe las reglas y las concepciones dominantes acerca de la sexualidad. En el mundo moderno, se está haciendo explotación de estos discursos sexuales pero así y todo es difícil quitarles la etiqueta de "transgresores". Nuestra cultura comercial ahora absorbe todo tipo de transgresiones. Ya no hay transgresiones que duren. Y para mí, la transgresión es importante: hay que llevarla a cabo pues es una forma de romper tradiciones. Lo único que debemos hacer con todas estas imágenes que nuestro consumismo occidental absorbe es cuestionar sus significados y usos.

AC: En México el feminismo sigue empantanado con las cuestiones de género y la lucha de los sexos. He leído algunas ideas de feministas extranjeras, como Pat Califia, cuyas ideas son a favor de la lucha por el placer...

JW: Dentro de la comunidad feminista hay un amplio espectro de opiniones dependiendo de los lugares y los momentos. No creo que el argumento de "salarios iguales a trabajos iguales" esté agotado, ni el de la violencia doméstica. Sin embargo esos no son todos los tópicos feministas en los que hay que concentrar las ideas; no hay que deshechar otras ideas ni experiencias. En partes de Europa y Estados Unidos, las mujeres están explorando sus deseos y placeres sexuales a través de actividades consideradas como "transgresoras", especialmenta la comunidad lésbico-feminista quien ahora lleva el liderazgo en cuanto a actividades sadomasoquistas se refiere; buscando formas de placer como lo hicieron los gays hace diez años. Apoyo a las feministas pro-sexualidad sin que eso signifique que los otros tipos de feminismo no tengan importancia y no veo la razón por la que haya que separarlos: son solo elementos diferentes dentro de la misma lucha.



AC: Incluso hay un grupo inglés muy importante llamado "Feministas en Contra de la Censura".

JW: Sí. Algunas feministas ven la pornografía obscena como una forma de explotación femenina y piden que se controle la pornografía. Incluso se han aliado con la extrema derecha... Pero cualquier forma de censura coarta la libertad. Lo importante es crear un espacio donde se puedan debatir los problemas en vez de andar censurando todas las cosas. Es por ello que el movimiento de las "Feministas en Contra de la Censura" tiente tanta importancia.

AC: Y qué hay acerca de los estudios de la masculinidad. Personalmente creo que hay pocos estudios y que en México los que hay son mínimos y conocidos por muy pocas personas.

JW: Las feministas hace más de 20 años establecieron cómo es que era la femineidad, que estaba construida alrededor de la masculinidad. Y de ahí la importancia que tiene el estudiar la masculinidad. Muchos hombres influidos por el feminismo son quienes han iniciado los estudios haciendo un gran trabajo que no es, como muchos creen, anti sino profeminista, parte de las mismas ideas. Estos estudios están rompiendo esquemas tradicionalistas y algunos sicen incluso que el feminismo está debilitando a la masculinidad. Son estudios muy importantes y hay gran cantidad de ellos en Inglaterra y Estados Unidos.



AC: ¿Crees que es importante saber si uno nace o si uno se hace homosexual?

JW: Claro que no. Lo importante no es saber por qué uno es gay, sino cómo y por qué trata la sociedad a los homosexuales del modo en que los trata. Esa es la pregunta que no podemos evadir. Muchos activistas han manejado el lema de "nacimos así, no pudimos evitarlo y tenemos derechos". Y es por eso que muchas personas piensan: "Bueno, si nacieron así, utilizaremos la ingeniería genética para evitar que nazcan más". Esos estudios se pueden utilizar de ese modo. Es una cuestión irrelevante. Interesante intelectualmente, pero nada más. Políticamente lo importante es que la sociedad no oprima a sus individuos, que les de libertad para explorar su sexualidad sin que afecten a los demás. Eso es todo.

AC: Y ahora la sociedad está tendiendo a la bisexualidad y a la androginia. ¿Es esto un regreso a los orígines?

JW: Creo que es utópico hablar de ésto, incluso yo no estoy de acuerdo que todos seamos idénticos pero estoy a favor de que a las personas se les acepte completamente en su diversidad.

AC: Yo manejaba el concepto de andrógino como el de una persona sin género.

JW: Yo no tengo problemas conque existan diversos tipos de masculinidad o feminidad, de heterosexualidad o de homosexualidad ni nada que ande por enmedio. Yo abogo por el respeto a las diferencias. El respeto a toda la gama de posibilidades humanas. Debe haber diferencias siempre y cuando no implique relaciones de poder discriminatorias.



AC: En algunas encuestas recientes sobre sexualidad (Sex in América), las personas que la llevaron a cabo negaron la existencia de la bisexualidad.

JW: Claro que la bisexualidad existe. Yo conozco gente bisexual. Y quizá el problema sea que aún habiendo muchísma actividad bisexual como la hay (hay muchísimos bisexuales casados-as), la gente sólo se identifica como heterosexual o gay. Pero hay pequeños grupos tanto en Inglaterra como en Estados Unidos que sí se identifican social, política y culturalmente como bisexuales. La bisexualidad existe, pero el practicarla no provoca necesariamente que el individuo se identifique como bisexual. En cuanto a las encuestas sobre sexualidad es interesante el conocer los datos que ofrecen y que muestran la variedad de conductas sexuales. Lo peligroso de las encuestas es que no siempre capturan las diferencias entre los comportamientos y todo tiene que ver con el modo en que se hacen las preguntas y se manejan las respuestas.



AC: Y por último, ¿cómo visualizas la sexualidad en el futuro? ¿Crees que aún existirá la pareja con todo esto del sexo en computadora y demás avances?

JW: No soy bueno para predecir cosas pero creo ver que nos dirigimos como sociedad hacia una enorme diversidad de estilos de vida, de decisiones libres en cuanto a preferencias e identidades, un mayor respeto a todo ésto y el reconocer que lo más importante en el ser humano es su diversidad.

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Los cuadros que ilustran este artículo son de John Sargeant, Gustave Caillebotte y Julio Galán

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